‘The Rape Crisis Center’ sigue trabajando contra el abuso sexual

Por Roberto PELÁEZ

Wendy Losada es una figura conocida, se le puede ver en numerosos eventos organizados, entre otros, por el Consulado de México, el Distrito de Salud del Sur de Nevada, el Consulado de El Salvador.

Siempre con información oportuna, folletos, pláticas esclarecedoras, todas ellas relacionadas con el abuso sexual, sin dudas Losada es una magnífica representante de la organización ‘The Rape Crisis Center’.

Presta a ayudar a las víctimas de abuso sexual,  reitera que si bien es cierto que se organizan y llevan  a efecto muchos eventos, actividades con participación de oficiales de la Policía, como las juntas comunitarias, las conferencias sobre el tema, los talleres, la entrega de folletos, números de teléfonos, que no hay dudas que resultan muy útiles, sin embargo, asegura, los hechos demuestran que el esfuerzo aún está lejos de lo que deseamos.

En ‘The Rape Crisis Center’, explica, acompañamos a las víctimas de abuso sexual, si deben ir a un hospital, a la Corte, a terapias; sabemos por experiencia que las víctimas pueden padecer de traumas, tenemos también grupos de apoyo, e incluso si es necesario podemos referir a las personas afectadas a otras agencias, atendemos a padres de niños abusados, puntualiza.

Observamos una y otra vez las estadísticas, subraya, y reconocemos que aunque hay un trabajo serio, sostenido, en el que se involucran diversas organizaciones, queda mucho por hacer, es muy importante ganar en conciencia, insiste Losada con el rostro serio.

Las palabras de Losada estremecen, es muy difícil después de escucharla platicar sobre abuso sexual quedar indiferente. Es impostergable, resalta, tomar conciencia del asunto, reflexionar, tener muy en cuenta que puede ser una madre, una hija, una hermana, una amiga, una vecina, no es justo ver un caso de abuso sexual como algo lejano, significa.

No hay ninguna razón para justificar un asalto sexual, afirma; no importa si estoy borracha, la manera como voy vestida... insisto, nada justifica una violación, nada justifica el maltrato, nadie tiene derecho a abusar de mi, sostiene.

 

En nuestra sociedad, agrega, también es relevante que la gente comprenda que en el país donde vivimos, contamos con leyes, destaca, que amparan a las víctimas sin reparar en su estatus migratorio; muchas veces cuando imparto conferencias sobre abuso sexual, no es extraño ver a mujeres que comienzan a llorar, por otro lado algunas temen a la persona que cometió el abuso, o no denuncian a su atacante sencillamente por vergüenza, finaliza.

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