Por Roberto PELÁEZ
¿De dónde vienen los seres humanos? ¿Quién es Dios y por qué nos creó? ¿Dónde se origina nuestro conocimiento? ¿Existen los ángeles y son mensajeros de Dios?
Estas y muchas otras son sólo algunas de las preguntas que se hacía el pequeño Jesús Moreno en su natal Ciudad de México. Las respuestas se pueden encontrar en el libro ‘Mis tres encuentros con Dios’, presentado recientemente en ‘Luces de Bohemia’ en español e inglés.
En 179 páginas y algunas fotografías, Moreno narra en un estilo coloquial, muy sencillo, las tres veces en que ha estado delante de Dios. Vale apuntar que el libro se lee de un tirón, y el autor no utiliza palabras rebuscadas.
“Los encuentros con Dios han sido, explica el escritor, durante los que considero los tres momentos más difíciles de mi vida, primero en la frontera de México y Estados Unidos (por un episodio de hambre, sed y discapacidad física), el segundo en Pasadena (uso excesivo de la mente y sus facultades, sin dormir lo suficiente) y el tercero (tras interminables días de ayuno y oración en las montañas).
“El mensaje que trasmito en el libro, abunda, es que nada te puede vencer y es preciso seguir adelante”, apunta con el rostro serio.
Tras el exitoso respaldo de público en la presentación del ejemplar, Moreno accedió a platicar y hablar sobre su vida para los lectores de El Mundo.
“Desde pequeño, dice, a pesar de las pláticas de mis padres, quería conocer, viajar, encontrar respuestas a muchas interrogantes, resalta, por lo que decidí venir a los Estados Unidos, con sólo 16 años, sin conocer el idioma, y en un pedazo de papel tenía apuntada la dirección de unos amigos en Pasadena, Los Ángeles.
“Intento cruzar por Nuevo Laredo, Tamaulipas, en 1986, recuerda, enfrento muchos obstáculos, y en el libro cuento mis vivencias, me quedo solo, escondido entre escombros, padezco hambre y sed, y cuando estoy a punto de desfallecer, se me aparece un ángel que me conduce a la presencia de Dios, ahí tiene lugar el primer encuentro, resalta.
“Cuando por fin consigo cruzar de este lado de la frontera, significa, después que me botan la dirección que traía escrita, pregunto a una señora qué camión me lleva a Los Ángeles, llego en la noche y me dirijo a una misión o albergue para comer, luego voy a Pasadena y encuentro a mis amigos que trabajan como jornaleros... entonces tengo como prioridad aprender inglés. En 1995 me caso y nace mi niña Brandy, quien lamentablemente fallece poco después.
“En Pasadena comienzo a trabajar en un laboratorio de biología molecular, apunta, analizamos lo relacionado con la clonación, y cuando me proponen trabajar en la escuela, de manera oficial, tengo que informar que no poseo documentos, de inmediato me despiden.
“Sin trabajo para sostenerme, prosigue, enfrento entonces un ‘hambre’ y un deseo inmenso de estudiar para aprender, mejorar mi vida, me paso días enteros inmerso en los libros, no hago siquiera un alto para comer, y cuando estoy a punto de la fatiga intelectual, ocurre el segundo encuentro.
“Vengo a Las Vegas para estar cerca de mi hijo (fruto del primer matrimonio), subraya, durante dos años realizo estudios teológicos, y contraigo matrimonio con Sue Prinzen, conozco a su lado la felicidad, pero ella enferma y debo cuidarla durante siete años hasta que fallece tras haber aceptado a Jesucristo”.
Los encuentros son narrados con lujo de detalles, Moreno ofrece detalles de sus conversaciones con Dios, y son estremecedoras las páginas dedicadas a los últimos días de su esposa.
El autor recibió las respuestas a sus preguntas y las ofrece en este, su primer libro.