Por Roberto PELÁEZ
Comenzando desde el pasado 2, el actual es el Mes de Concientización sobre el autismo. Fíjese bien, no se trata de una celebración ni mucho menos, corren jornadas dedicadas a leer, informarse, preguntar todo lo que desee conocer sobre esta condición.
Olivia Espinosa, fundadora de la organización local Azulblue, la misma que ahora dirige Yolanda González, advierte: “hay que prestar especial atención, muchas personas no saben que el autismo es contagioso, NOS CONTAGIA A TODOS DE AMOR, permite conoce la entrega sin límites”, resalta.
Pláticas con Espinosa, González, Yesenia Serrato, permite señalar -y nunca más oportuno- que es preciso sumar voluntades, además, por supuesto, de conceder a las sesiones de terapias la importancia que las mismas requieren; es menester llenarse de energía, transmitir la misma a otros padres, brindarse apoyo.
“Hacer todo lo posible por la materialización de las conferencias anuales, organizarlo todo para que compartan con nosotros la neuróloga Ana Carolina Aguilar, de Ciudad Juárez; el Dr., Mario Gaspar de Alba (pediatra, especializado en desarrollo y comportamiento); las doctoras Julie Beasley y Michele Giddings, es también una muestra de amor, de responsabilidad y marcado interés por dotar a los padres de las herramientas necesarias, que tenga la posibilidad de escuchar a personas capacitadas, voces autorizadas sobre una condición de la que aún hay mucho que aprender”, destacan.
“Es fundamental, coinciden, crear conciencia, multiplicar la información, brindar el soporte necesario para que cada niño reciba el mismo amor que cualquier otro pequeñín”.
Y es indispensable conocer lo más posible de este espectro, estar prestos a acercarse, ayudar, ganar para esta causa tan noble, por eso es RELEVANTE dar amor, informar, dar la orientación oportuna, organizar eventos, concederle a la palabra inclusión toda la importancia que conlleva, con el marcado objetivo de brindar opciones, que los menores puedan compartir, disfrutar, descubrir nuevas posibilidades.
A la mayoría de los padres cuyos hijos viven con la condición de ser autistas, les preocupa y se esmeran en que los menores adquieran habilidades, sean lo más independientes posible, tengan calidad de vida cuando los mayores no estén, es una preocupación lógica, y de una manera u otra los padres trabajan, se desvelan en esa dirección.
Tratar con niños que padecen autismo exige de los padres un aprendizaje, conocer qué les molesta, cómo debemos dirigirnos a ellos, sencillamente los autistas no van a reparar -por ejemplo- en metáforas, alusiones, juego de palabras, ellos lo aceptan literal.
