Por Roberto PELÁEZ R.
En una velada para el recuerdo devino el homenaje que alrededor de medio centenar de personas rindieron a la versátil Conchita Coblentz, que tuvo por sede el restaurante Tiko Puravida.
Poetas, trovadores, narradores, defensores a ultranza de la cultura, acudieron al evento para recordar a la dentista costarricense, poetisa, maestra, compositora musical, que falleció a los 97 años y por mucho tiempo residió en Las Vegas.
Connacionales de Coblentz, mexicanos, salvadoreños, peruanos, bolivianos, cubanos y guatemaltecos se juntaron con el objetivo de rememorar pasajes de la vida de una mujer singular, que se las ingenió para abarcar diferentes facetas de la vida, tanto como profesional como guitarrista, poetisa y compositora, de marcada calidad humana.
Eugenio Torres y Tony Germán, de Costa Rica y México, respectivamente, tuvieron a su cargo la música, específicamente boleros; el primero contó anécdotas de la homenajeada.
Tirso Sermeño, ex cónsul de El Salvador en Las Vegas, con un estilo jovial, hizo referencia a lo que recuerda de sus encuentros con la costarricense, víctima del Covid, una guerrera de pies a cabeza, quien aún en las últimas horas hizo gala de fuerza para despedirse de sus familiares más allegados. “Era difícil que pasara inadvertida, todas las miradas reparaban en ella”, enfatizó.
También contó anécdotas la mexicana Mimí Quintero, a quien unió una sólida amistad con la Coblentz, en la que mucho tuvieron que ver sus participaciones en concursos de belleza y largas pláticas; la cubana Maritza Maldonado dio lectura al poema ‘Reloj del amor’, obra de la reconocida tica, que fue muy aplaudida.
Fue un excelente momento para que la peruana Rosa Íñigo leyera poemas que aparecen en una de sus publicaciones más recientes, mientras el boliviano Freddy Chávez, de Bolivia, presentó estrellas del carnaval Internacional de Las Vegas, evento del que es fundador y principal organizador, además aprovechó la oportunidad para recordar momentos que vivió junto a la admirada costarricense, resaltando la formación profesional, el optimismo y entusiasmo de la misma. “Siempre estaba presta para dar ideas, participar, con una alegría que contagiaba, su presencia t elegancia lo acaparaban todo”.