Buen resultado de la iniciativa ‘Desocupando los albergues’

Por Rafael ROMERO

Literalmente, jaulas que hace pocos días estaban llenas, quedaron vacías gracias a la campaña de alcance nacional ‘Desocupando los albergues’, que permitió a centenares de personas del valle llevar a casa sus mascotas.

Desde temprano muchas personas hicieron línea para adoptar una mascota, se trata de una excelente iniciativa que tiene por objetivos desocupar albergues congestionados y de paso materializar el noble gesto de buscar a cada mascota un nuevo hogar... nada, que la familia crece, se suma otro integrante.

Perros, gatos, conejos... entre otros, ya tienen casa, familia, amigos que juegan con ellos, los atienden, les reportan una dosis de felicidad.

La iniciativa como tal data del 2014, con magníficos resultados, a tal punto que basta echar una ojeada a las estadísticas. En Animal Control se entregaron en adopción -bajo la campaña- un total de 365 mascotas en el 2021, y en esta oportunidad la cifra superó los 600, o sea, cerca del doble.

Lupe, acompañada de su hijo menor, de sólo siete años, comentó: “llevé a casa un conejo, antes busqué consejos, sugerencias con personas que también tienen desde hace tiempo estos animalitos y me explicaron que necesitan mucho cuidado, higiene para no enfermar, pero estamos muy contentos en casa”.

Da gusto ver a tantas personas deseando tener en casa una mascota, un animalito al que dar cariño, prodigar cuidados, y claro, entender también que se asume una responsabilidad.

Con un perro regresó a casa Pedro Villar, oriundo de Guanajuato, México, quien expresó: “hace tiempo buscaba un perro, tengo espacio para él, he tenido antes mascotas, sé que es algo exigente, velar por la limpieza, la comida, agua limpia, que no esté bajo las altas temperaturas, pero regresar y saber que me espera es algo que valoro mucho, hay que ver su alegría, a veces hasta se orinan de contentos”.

Pero... ¿por qué se congestionan los albergues? Muchos llevados por el entusiasmo adquieren una mascota sin tener idea exacta de la responsabilidad que asumen. “Mi hermana, dijo Rosa, adoptó una perrita, se la regaló a su hija, todos contentos, hasta que mi sobrina tuvo que irse a la universidad en otro estado, entonces mi hermana no podía atenderla, con tristeza tuvo que entregarla en adopción”.

Otras veces la ‘llegada’ de una camada trae consigo complicaciones, y algunos optan por entregar los animales.

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