Chicanos por la causa reconocen labor de tres maestros del valle

Por Roberto PELÁEZ

Instruir puede cualquiera, educar sólo quien sea un evangelio vivo”.

                                                                      José Martí

La relevante función del maestro, la importancia capital que reviste en la formación de las actuales y futuras generaciones, fue resaltada durante la entrega de los ‘Premios Esperanza’, que cada año lleva a cabo la organización Chicanos por la causa (CPLC) y que tuvo por sede el hotel y casino New York el pasado viernes 11.

En medio de la alegría, los aplausos por las significativas palabras de cada uno de los oradores, entre ellos David Adame, presidente de CPLC, tres conocidos educadores del valle de Las Vegas vieron puestas a prueba sus emociones y sentimientos cuando fueron llamados para recoger sus respectivos premios, ante el aplauso de quienes le acompañaron en una velada emocionante en que una vez más se resaltaron los valores que acompañan a los maestros, su perseverancia en la formación de generaciones de alumnos de todas las edades.

Kimberly Ivanick, Rosa Contreras y Fausto Vega tuvieron que hacer un gran esfuerzo para controlar sus emociones ante el alto honor que les fue conferido como justo reconocimiento a su destacada labor ante los educandos y su excelente labor para con la comunidad, donde ponen en práctica numerosas iniciativas.

Los galardonados agradecieron a sus familias, a sus compañeros en los respectivos centros docentes, hicieron énfasis en el desempeño dentro de una rama que los apasiona, a la que entregan lo mejor cada día: el magisterio, sin obviar el tesonero esfuerzo por entregar a la comunidad, al estado y al país hombres y mujeres de bien, con una formación, conocimientos y principios sólidos que les permitan avanzar en la vida.

Algunos de los presentes en la sencilla pero significativa ceremonia comentaron al semanario El Mundo que es muy importante para la organización Chicanos por la causa valorar y reconocer el trabajo de los educadores hispanos, su entrega y dedicación, su vocación de servicios y desvelo, la manera en que se vuelcan para enseñar a niños, adolescentes, jóvenes... no se trata solo de ensennar diferentes materias, si no incidir también, con el ejemplo en el amor a la justicia y la verdad, preparar para la vida ciudadana.

 

Junto al trofeo y el premio metálico -dinero- que recibieron cada uno de los galardonados (Kimberly, Rosa y Fausto), merecen también el reconocimiento, respeto y admiración de sus familiares, sus amigos, compañeros de trabajo, vecinos, de la comunidad toda, por eso es bienvenido el homenaje, que por derecho propio debe ir más allá del tradicional y sensible evento de Chicanos por la causa, y de las respectivas escuelas. Enhorabuena maestros.

Top