Contrajeron matrimonio Edmundo Escobedo Jr., y Marychuy de Jesús Valadéz

No éramos nada, pero cuando nos abrazábamos, cuando estábamos juntos, lo éramos todo.

Edmundo Escobedo Jr., y Marychuy de Jesús Valadéz unieron sus vidas en matrimonio el pasado primero, en ceremonia oficiada por el pastor Mario Rodríguez, quien los llamó a prodigarse amor todos los días, a quererse y respetarse. A tener, dijo, el uno con el otro, detalles (por pequeños que sean) que mantienen vivo el amor. No pueden olvidar, sentenció, que vale más un buen amor que mil costales de oro.

En medio de un ambiente festivo, familiar, de contagiosa alegría, los contrayentes, aparte de dar muestras del amor que sienten uno por el otro, encontraron tiempo para atender a cada uno de los invitados, platicar con familiares y amigos, agradecer el hermoso gesto de participar, de estar juntos en una velada para el recuerdo, signada por ese hermoso sentimiento que es el amor. 

Escobedo Jr., y Marychuy dejaron sentado que la historia que con besos se escribe ni con el tiempo se borra. El universo sólo tiene sentido cuando tenemos con quien compartir nuestras emociones, ratificaron. 

Por otro lado las palabras de Rodríguez, muy elocuente en su intervención, vinieron a confirmar que el arte de amar se cultiva en silencio y se aprende en convivencia, su mensaje, en pocas palabras, puede traducirse en ‘Con el tiempo aprendes que un buen amor, más que encontrarlo, hay que construirlo’... de eso se trata.

Un matrimonio, por supuesto, no termina con la ceremonia nupcial, para que fructifique y florezca, se sabe, requiere de la entrega de los dos, del amor, el respeto, la transparencia... ese amor hay que alimentarlo de detalles, y desterrar el miedo, como dijo Charles Chaplin no hay que tener miedo de equivocarse, pues hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

 

Tras la sencilla y hermosa ceremonia, llegó el momento de la despedida, muchos recordaron, de manera pícara, que entre amantes que anhelan decir cuánto esconde el alma, son si están solos y juntos, inútiles las palabras.

Top