Crece la popularidad del gobernador de Nevada Brian Sandoval

Por Sandra CHEREB y Nicholas RICCARDI

Cuando los gobernadores republicanos se reunieron en noviembre en Las Vegas para discutir cómo recuperarse del desastre electoral de su partido en los recientes comicios, el popular gobernador de Nevada no estaba allí.

Brian Sandoval estaba en Washington, D.C., reunido con funcionarios del gobierno del presidente Barack Obama para sellar un acuerdo que lo convirtió en el primer gobernador republicano en ampliar el Medicaid como parte de la iniciativa de salud del presidente.

Fue un ejemplo del enfoque pragmático, centrista y tras bambalinas que ha mantenido la popularidad de Sandoval en un estado de tendencia demócrata y lo convierte en favorito para la reelección el próximo año.

A pesar de todas las preocupaciones sobre el futuro de los republicanos, el partido tiene una fortaleza que con frecuencia se pasa por alto: gobernadores populares como Sandoval que se postulan en la mayoría de los estados, ponen a prueba nuevas políticas, ganan crédito por la recuperación económica y crean historiales y experiencia para una posible postulación a cargos federales.

En parte debido al dominio del partido en las elecciones de 2010, los republicanos controlan 30 de las 50 gobernaciones del país.

“Mientras mayor sea el escenario político, peor parece irles a los republicanos”, dijo Eric Herzik, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada en Reno, señalando que los republicanos han perdido el voto popular en cinco de las últimas seis elecciones presidenciales y han fracasado en varias campañas políticas importantes.

“El único escenario electoral en que a los republicanos les ha ido bien es en las gobernaciones”, dijo.

Refiriéndose a Sandoval, Greg Ferraro, desde hace mucho asesor y amigo de Sandoval, dijo: “No permite que lo encasillen y le pongan etiquetas. Está dispuesto a salir de los límites tradicionales para solucionar problemas. Para mí, es el tipo de republicano que va a reconstruir el partido”.

Un número cada vez mayor de personas que se mudan de las regiones este y oeste, y el aumento de la población de inmigrantes, han llevado a Nevada al campo de los demócratas en las elecciones presidenciales. Pero Sandoval se ha mostrado como un baluarte republicano a nivel estatal. Por ejemplo, vetó un proyecto de ley para ampliar la verificación de antecedentes para la compra de armas de fuego y otra para ampliar el período de inscripción electoral, además de derrotar otra iniciativa para que las cadenas de restaurantes tuvieran que incluir en el menú las calorías de los alimentos.

Pero muchas de las cosas que han hecho que los electores se inclinen por Sandoval lo convierten en una figura radioactiva entre los activistas y grupos de intereses que dominan la política republicana nacional. Sandoval apoya el derecho al aborto. Aunque se ha negado a aprobar nuevos impuestos, ha prorrogado dos veces lo que debían ser impuestos temporales por un total superior a los 620 millones de dólares.

Este mes, Sandoval firmó una ley que otorga tarjetas especiales que permiten conducir a las personas que viven en el país sin autorización.

“Tiene una sonrisa atractiva, un buen carácter”, dijo Chuck Muth, presidente del grupo conservador Citizen Outreach de Nevada y uno de los críticos de Sandoval desde la derecha. “Pero eso no lo llevará muy lejos si en algún momento participa en una primaria competitiva”.

Es uno de dos gobernadores hispanos republicanos elegidos el año pasado, y es copresidente de un grupo especial con su colega de Nuevo México, Susana Martínez, para reclutar a más candidatos hispanos republicanos. Pero Sandoval sólo ganó 33 % del voto hispano, tres puntos porcentuales más que Sharron Angle, la retadora republicana al senador Reid, quien hizo campaña sobre su postura sobre la inmigración sin autorización legal.

Sandoval fue legislador estatal y fiscal general de Nevada, y tenía una posición cómoda como juez federal cuando aceptó postularse a la gobernación en 2010. El titular, el republicano Jim Gibbons, fue severamente afectado por un divorcio dolorosamente público que incluyó alegaciones de infidelidad. Sandoval lo derrotó en la primaria republicana y se impuso con facilidad sobre Rory Reid, hijo del líder de la mayoría en el Senado federal, Harry Reid, en la elección general.

En muchos estados, el gobernador tiene un poder sin rival y la capacidad de fijar la agenda. Eso es ciertamente válido en Nevada, donde la Legislatura sesiona 120 días cada dos años. En el período ordinario de sesiones de 2013, Sandoval salió ganando y su propuesta de presupuesto de 6,699 millones para el fondo general de gastos quedó casi intacta gracias a una minoría republicana en ambas cámara que impidió que los demócratas lograran el margen de dos tercios de los votos necesario para aumentar los impuestos.

Pero Sandoval fue objeto de críticas tanto de la derecha como la izquierda cuando sólo tres horas después de la fecha tope de la medianoche del 3 de junio, convocó de nuevo a los legisladores a una sesión extraordinaria para decidir sobre cinco propuestas que murieron en los últimos y apresurados minutos, como un aumento del impuesto a las ventas en el Condado Clark, al que pertenece Las Vegas, para financiar la contratación de más agentes de policías.

El Instituto de Investigación de Políticas de Nevada, un grupo de estudios conservador, lo criticó por impulsar el proyecto de ley de impuestos a las ventas a la vez que abandonaba las reformas a la educación rechazadas por los demócratas.

Y los liberales también lo criticaron, diciendo que debía haber solicitado más aumentos de impuestos.

Ya se especula en Nevada que Sandoval, si lo reeligen, podría retar a Reid en 2016, fijando las condiciones para un enfrentamiento de los titanes políticos estatales.

“Hay una evolución en marcha en el Partido Republicano que determinará en lo fundamental si un republicano más moderado como Brian Sandoval puede triunfar a nivel nacional”, dijo Billy Vassiliadis, veterano operativo demócrata. CARSON CITY, Nevada, EE.UU. (AP)

 

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