Cuando se acercan las elecciones “Siempre quieren el voto hispano”: Pablo Pérez

Por Roberto PELÁEZ

“Vivo en los Estados Unidos desde 1975, casi medio siglo, y hay dos cosas que no he podido hacer... pararme en una esquina con un cartel a pedir ayuda, ni cruzarme de brazos, eso no va conmigo, soy un hombre de trabajo, un ‘handyman’ con todas las de la ley”.

El hombre que tengo delante vino de Tijuana, México, al vecino país del norte en busca de una vida mejor, como miles, millones de personas, se nombra Pablo Pérez, y asegura que es autodidacta “cuando tuve que ser mecánico fui mecánico, aprendí mirando, preguntando, también fui jardinero, trabajé en la construcción... ya le digo soy ‘handyman’ a mucha honra, no le tengo miedo al trabajo”, afirma.

“Los años que llevo en este país, añade, me permiten decir que no me creo eso de que el inmigrante viene a quitarle el trabajo a alguien, yo mismo vine muy joven con dos ideas dándome vueltas en la cabeza: aprender inglés y trabajar.

“Cuando hay que hacer algo de manera honrada, apunta, ahí estoy yo, y con respecto a las elecciones, usted sabe, el voto de los hispanos tiene un peso, nos buscan cuando nos necesitan, pero, y después...

“Quienes tenemos la posibilidad de votar debemos tener bien claro que nuestro voto tiene un precio y debemos darlo a quien se interesa por nuestros problemas, nos escucha y hace por ayudarnos, valora la contribución de los hispanos a la economía de este país”, reflexiona el entrevistado con el rostro serio.

“Emigrar siempre es doloroso, uno viene en busca de un mejor horizonte, pero deja atrás a la familia, los amigos, su cultura, su barrio... ya muchos de mis familiares fallecieron, entonces lo menos que se puede hacer es darle valor a su voto, por uno mismo y por quienes no pueden ejercer el voto, no es tan difícil de entender”, esgrime.

“Le cuento, platica, la mayoría -de donde sea-, viene con la idea de mejorar, o de acercarse a un familiar que vino antes, explica, mejorar uno mismo y su familia, eso, no podemos engañarnos, sólo se consigue en Estados Unidos con trabajo, a menos que gane dinero en las maquinitas, abunda, y ese no es mi caso.

“Me puse primero para lo del idioma, conocer las leyes de este país, porque mis padres me enseñaron que donde fuera respetara las leyes, de lo contrario las consecuencias pueden ser malas; casi de inmediato agarré los periódicos en busca de trabajo, eso es muy importante, llegar a un lugar donde hay periódicos en el idioma de uno.

“La gente llega, comienza a trabajar, y se olvida de los periódicos, pero éstos son muy importantes, hasta para saber si hay paisanos del lugar de donde uno viene, si están organizados, y claro, ver lo del trabajo, después quien vende un carrito más o menos... es así”, externa.

“Hace unos años, agrega, iba con frecuencia a México, yo no olvido mis raíces, después no, se puso muy violento y preferí no ir, además, muchos familiares se adelantaron en el camino... ahorita tengo una relación, llevamos juntos más de 10 años, nos ayudamos mucho, ella también es muy trabajadora, bilingüe, a ratos vamos a eventos como voluntarios, aunque con el virus este es mejor estar en la casa, evitar enfermarse”.

 

Su compañera llega a recogerlo, él se despide y sostiene: “no deje de poner que soy un hombre trabajador, sé hacer de todo, y no le quito el empleo a nadie”.

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