El idioma español... A favor de nuestra herencia e identidad

Por: Maritza MALDONADO y Alex PELÁEZ

La imagen del hombre alto y desgarbado, siempre con lanza en la mano, junto a su caballo también flaco, es conocida casi por todos, se trata de Don Quijote; su acompañante (Sancho Panza), “con unas libras de más dirían algunos dietistas”, mira con cara sonriente mientras lleva las riendas de un burro que monta sin garbo, pero con decencia.

Se trata de los personajes principales de la colosal obra ‘Don Quijote de la Mancha’, de Miguel de Cervantes y Saavedra, considerada la mejor novela de caballería de todos los tiempos.

En homenaje al sobresaliente escritor español, de quien aparece registrado falleció el 23 de abril de 1616, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció desde el 2010 esa fecha para celebrar el “Día Mundial del Idioma Español”, con el objetivo de celebrar el multilingüismo y la diversidad cultural, además de promover el uso de uno de los seis idiomas oficiales de esa entidad.

La idea inició en el siglo XIX en España, aunque en la mayoría de los países hispanoparlantes la fecha no pasa inadvertida. La mencionada obra literaria  es considerada la primera novela moderna, en parte por la utilización de la gramática, los estilos que empleó el autor con el objetivo de ridiculizar las novelas de caballería convirtieron el libro en un irónico testimonio de ese género literario. 

El idioma es algo vivo, créalo o no, se transforma y adquiere nuevas acepciones y significados, teniendo en cuenta las tendencias sociales y culturales de los países. De hecho, por la propia interacción entre personas de diversos lugares, éstos adoptan expresiones que incorporan a su vida diaria.

Asimismo las  frases idiomáticas enriquecen el hablar cotidiano. En el idioma español trascienden las abreviaturas que ha traído consigo el desarrollo de la tecnología. Por ejemplo:  xq (por que, o por qué);   bn (bien, o buenas noches); Bs (besos, besitos); Tqm (te quiero mucho); Bb (nene, bebe); Ksa (casa); Msj (mensaje).

Sin embargo, ahí no termina todo. Existe la adquisición de abreviaturas en inglés que se utilizan en los diarios mensajes de texto que nos enviamos: MSN: del inglés messenger (mensajería, mensajero (a)); LOL: del inglés laughing out loud (risa ruidosa, estrepitosa); ILY: del inglés: I Love You (te quiero); IDC: del inglés I don’t care (No me importa).

En ello también incide la utilización de los conocidos emojis, los que desde hace un  tiempo forman parte del mundo de los textos. Por ejemplo, sustantivos como casa, amor, flores, tristeza, enojo, incredulidad, confusión, calor, frío, etc. En fin, la lista, aunque limitada, es extensa. 

Estos recursos ayudan a expresar en el lenguaje las ideas que compartimos con otros durante las conversaciones escritas,  también contribuyen a economizar el tiempo de los que están ocupados en sus centros de trabajo o estudio, o en múltiples actividades. 

Para otras personas, los mensajes de textos han demeritado el idioma pues se ha ido perdiendo la costumbre de escribir y hasta de hablar.

 

El idioma cambia, se transforma forzado por las sociedades. Debe hacerlo. Sin embargo las reglas, aunque flexibles, merecen consideración. De esa manera el legado de  Miguel de Cervantes y Saavedra no quedará en el olvido. Es nuestra herencia e identidad.

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