Esgrime Sandra Granados argumentos en favor del TPS

Por Roberto PELÁEZ

Del pequeño departamento salvadoreño de San Miguel es la mujer que tengo delante, quien asegura categórica que primero la llamada guerra civil y luego los terremotos la impulsaron a buscar en Estados Unidos una vida mejor para ella y su familia.

Vine a los 29 años, expresa Sandra Granados, sin dudas esos dos acontecimientos aceleraron mi viaje, usted sabe, la guerra es exactamente eso, un infierno en la tierra, a El Salvador le dejó un saldo de más de 75 mil muertos y desaparecidos, por si fuera poco los terremotos de enero y febrero del 2001 dejaron más de mil 200 muertos... una situación terrible, el país destruido, comenta.

La madre de Alessandra (14 años), Fátima (13) y Alondra (11), trabaja en el hotel y casino Wynn desde hace 12 años; con orgullo asegura que sus hijas son excelentes estudiantes, la mayor, explica, está en la academia de honor de la Coronado High School; no me canso de repetirles que la clave del éxito radica en la educación, que solo podrán llegar lejos con una base sólida, argumenta.

Sí, soy una de las miles de personas beneficiadas por el Estatus de Protección Temporal (TPS), gracias a mi trabajo, afirma, he podido comprar casa, mi automóvil, tener la vida que lamentablemente en mi país no pude, y soy fiel cumplidora de las leyes de esta nación, respeto y con mi labor correspondo al hecho de que Estados Unidos me abrió los brazos, cada año hago mi declaración de impuestos, aquí nacieron mis hijas que han hecho suyas la bandera y el himno, las tradiciones de esta gran nación.

El que hace unas pocas semanas el gobierno de Estados Unidos decidiera poner fin al TPS, concedernos tan solo unos 18 meses más, me provocan, como a muchos connacionales, estrés e incertidumbre, un impacto tremendo, decisivo en nuestras vidas, desilución, tristeza, impotencia, y claro, también mucho coraje, resalta.

Me van a separar -y a tantos otros- de mis hijas ciudadanas estadounidenses, voy a perder mi casa, mi trabajo, las amistades de tantos años, de la cultura que he aprendido y asimilado... es triste, apunta con el rostro serio; sí, ya acudí a realizar la última renovación del TPS, y de inmediato al conocerse la decisión del gobierno lo comuniqué a mis superiores en el trabajo, donde tengo un respaldo y un apoyo tremendos, que me he ganado gracias a mi dedicación y responsabilidad.

Claro que no, responde, Sandra Granados no es de las que se cruzan de brazos a esperar, estoy bien informada, quiero participar en marchas, en talleres, en lo que haga falta en favor mío y de mis connacionales; sé que vendrán días en lo que quizás llegue tarde al trabajo por estar en diferentes eventos, días en los que no pueda ganar mi sustento y el de mi familia... esta es una batalla por lo que consideramos justo.

No hay que sentirse ofendidos ni ofender a nadie, nuestra respuesta debe ser lo más civilizada posible, advierte, debemos exponer nuestros argumentos, aprender a escuchar y a manifestarnos, de manera que el llamado ‘Pulgarcito de América’, El Salvador, pueda también sentirse orgulloso de nosotros, concluye.

 

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