Esperado reencuentro de familiares, jornada para alegría y emociones

Por Roberto PELÁEZ

Con la voz cansada, pero sin poder ocultar la emoción, el anciano dice: “Nos despedimos hace más de 22 años... creí que nunca lo volvería a ver”. Y se funde en un abrazo eterno con su hijo. No puede ocultar las lágrimas.

La señora que permanece cerca sólo atina a señalar: “Y mire usted, se lo encuentra con canas y hasta con nietos”. Es el esperado evento familiar, tercero de su tipo entre los hidalguenses, esta vez bajo el lema ‘Abrazando destinos’.

Tan emocionado como los protagonistas del reencuentro, Fernando Serrano camina de un lado a otro en el Silver Nugget, es el presidente de la Federación Hidalguense en Las Vegas USA. “Mis padres no pueden venir, apunta, pero siento esta alegría tanto como los padres e hijos que se ven después de tanto tiempo, uno hasta se estremece, además, está la satisfacción del trabajo realizado porque esto no se consigue tan fácilmente”, sostiene.

Cuauhtemoc Sánchez atina a comentar “Reencontrarse con los padres es hermoso, y después de tantos años, no puedo menos que felicitar a la directiva de la Federación”.

Los integrantes de la directiva, junto a un grupo numeroso de voluntarios, de familiares que van a recibir a sus padres, ya tienen experiencia, desde hace meses esperan este día, sostienen reuniones, valoran ideas, iniciativas, platican del camión que irá al aeropuerto a buscar a los visitantes, de las flores en el recibimiento, cada mesa con los apellidos de las familias, de la comida, por donde van a entrar al Silver Nugget y como será el reencuentro. “Queremos que estos eventos sean cada vez mejores”, afirma Juan Rómulo, quien en los encuentros iniciales tiene la posibilidad de abrazar a sus ancianos padres.

“Creo que hasta hace pocos años esto de volvernos a ver no se lo imagina nadie, ni soñarlo siquiera, añade Rómulo, sin embargo el trabajo, la perseverancia, la voluntad de muchas personas, permite que se concrete y es maravilloso, porque la separación de las familias es muy triste... nos despedimos sin saber si nos volveremos a ver”, añade sonriente.

“Sin exagerar periodista, usted lo puede ver aquí mismo, estos encuentros ponen a prueba el corazón, son muchas emociones juntas, le aseguro que los hijos van a llevar a sus padres a casa, y allí se van a abrazar otra vez; cuando mis viejecitos vinieron yo llegaba del trabajo siempre con un detalle, los abrazaba como si no quisiera separarme más de ellos”, subraya Rómulo.

 

La viejecita acaricia el cabello de su hijo, y casi susurra: “te veo más delgado que en las fotos, ¿estás comiendo bien?”.

 

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