Festival de primavera con vistas al Campo Galilea

Por Roberto PELÁEZ

El principal objetivo es que los niños puedan ir al Campo Galilea y aprender, conozcan que se puede llevar una vida sana, lejos del alcohol, de las drogas, de los vicios, saquen el mayor provecho posible de esos días y de los materiales que se les entregarán, aseguró a El Mundo el padre Jorge Hernández, de la Iglesia Católica Cristo Rey.

Por otra parte Noé Mejía al ofrecer sus impresiones para los lectores de El Mundo, destacó: mi hijo más pequeño fue al Campo Galilea el año pasado, consideramos en la casa que fue muy provechoso para él, más que todo por lo que aprendió, observamos que se forman en él principios muy sólidos; estamos al corriente de lo que los menores viven durante esa semana, las clases que toman, incluso lecciones de manualidades, es muy interesante, precisó Mejía entusiasmado.

El Padre Jorge explicó que cada año van al mencionado Campo unos mil 500 pequeños de todo el estado, y a la iglesia Cristo Rey en la ciudad de Las Vegas le corresponde una cuota de 35, allí se les enseña todo para que lleven adelante una vida sana, reiteró, siempre dentro de un ámbito religioso.

Como preámbulo la Cristo Rey llevó a efecto el pasado sábado 20 el denominado Festival de Primavera, que deviene en un evento familiar, con música, entretenimiento y comida.

En este ocasión la actividad contó con la participación entre otros de Pape Reyna, el ‘Genio’ Lucas, El ‘Compa’ Rosas, la Comparza Fiesta Morelense, Furia de Arranque, Los Gavilanes, Efraín Elizalde, Neto Bernal, Sophia Camille, Esencia Colombiana, Mariachi de México, Los Hermanos Padilla, y la Banda resolana, entre muchos otros.

Los artistas y la gente desafiaron el fuerte sol para dar paso a la alegría, al deseo de compartir en familia y tomar parte activa en el festival, disfrutar la comida, bebidas refrescantes, además del reto que significó mantenerse encima del toro mecánico.

Gustavo Marchant y el propio Padre Jorge se acercaron más de una vez a los participantes para conocer cómo la estaban pasando, sin reparar en que el sol se empeñaba en castigar la anatomía de todos.

 

Disfrutamos en un ambiente familiar, agregó Mejía, y este mismo respeto, el compartir, es lo que enseñamos a nuestros hijos, así queremos se comporten en su próxima visita al Campo, que hagan amigos, pongan en práctica las lecciones que tomen, es muy bonito, resaltó.

 

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