La docente colombiana Juliana Urtubey fue distinguida como la ‘Maestra Nacional del Año’ en Estados Unidos y recibió un ramo de flores de la primera dama, Jill Biden.
Urtubey, a quien sus alumnos llaman “Ms Earth” (Señora Tierra), en un juego de palabras por el sonido en inglés de su apellido “Earth-to-bey”, tiene un diploma en educación primaria bilingüe y una maestría de la Universidad de Arizona, es la primera docente del estado de Nevada que ha recibido ese premio nacional.
La esposa del presidente, Joe Biden, sorprendió a Urtubey con las flores y un certificado agradeciéndole su contribución a la educación en Estados Unidos.
La propia primera dama es maestra y, a pesar de las obligaciones que supone este rol, decidió seguir trabajando como profesora, y destacó que Urtubey es “la personificación de lo que es ser un gran educador”.
“Juliana Urtubey ejemplifica la dedicación, la creatividad y el corazón que los maestros brindan a sus estudiantes y comunidades”, señaló Carissa Moffat Miller, la directora ejecutiva del Consejo de Principales Oficiales Escolares de los Estados (CCSSO), que otorgó el premio.
Urtubey, quien migró a Estados Unidos cuando era niña y tiene 11 años de labor como docente, también fue honrada este año como Maestra del Año en Nevada, la primera latina en conseguirlo desde 1992.
Trabaja en la Escuela Primaria Kermit R. Booker Sr, de Las Vegas, donde enseña a niños y niñas desde el pre-jardín de infantes hasta el quinto grado.
En 2019, la joven recibió el Premio de Enseñanza de Chicanos por La Causa Esperanza Latina, y el Premio como Maestra del Año otorgado por la Asociación Hispana de Educación de Nevada.
“Como docentes, estamos mucho más abiertos a este aprendizaje con su ritmo propio, esta aula trastornada, todo lo cual ha sido una invitación para que los estudiantes piensen y aprendan de manera diferente”, añadió.
Siete años atrás, cuando dictaba clases en la Escuela Primaria Crestwood, Urtubey inició una huerta comunitaria desbrozando un área de pastizal y un sector del envejecido edificio escolar. El sitio es ahora un aula con flores, árboles frutales, verduras y más de una docena de murales.
“Imagínate lo que significa ser un niño o una niña que no tiene mucho éxito en el aula, pero va afuera y aprende todo el tiempo en el jardín”, comentó. “Es divertido para ellos, y es divertido para las maestras”.
Se trata sin dudas de un galardón envidiable, de suma relevancia, de ahí el evidente orgullo de esta joven maestra, que día a día labra el futuro, consciente de lo que significa la educación para las actuales y futuras generaciones.
Con su labor se ha granjeado el respeto, la admiración, el cariño de sus estudiantes, de sus compañeros, de los padres, y el reconocimiento nacional corresponde a su notable entrega, a la pasión con que enseña. Es un verdadero ejemplo. Muchas gracias. Washington (EFE)
