La Biblia y la vida ayudan a forjar las buenas personas

Por Marlene MONTEOLIVO

El senador Harry Reid, líder de la mayoría del Senado estadounidense participó en el Foro de Líderes Religiosos 2014 llevado a cabo a fines de agosto pasado en El foro tuvo como meta compartir con líderes religiosos de Las Vegas los diversos recursos federales, programas, y políticas que podrían ayudar a organizaciones religiosas a lograr su misión con el fin de beneficiar a la comunidad en las áreas más pobres.

El senador Reid presentó al orador principal del evento, el Capellán del Senado de los Estados Unidos Barry Black, el primer afro-estadounidense en la historia de los capellanes del senado desde 1789.

Durante la charla el Capellán hizo repetida mención a la necesidad de que la comunidad se una para ayudar a sanar a la gente que sufre; y relató detalles de su dolorosa historia personal entre ellos que fue criado junto a sus ocho hermanos solo por la mamá ya que su padre estuvo ausente de la casa la mayoría de su vida.

El Capellán recordó el dolor de su pasado y el haber sido expuesto a situaciones por las que un niño no debería pasar. Relató haber visto a la edad de ocho años a su padre apuntarle una pistola a su mamá en la cocina de la casa en la ciudad de Baltimore, Maryland donde vivían.

A los 13 años recuerda haber llegado de la escuela un día para enterarse que la familia había sido desalojada y que todos los muebles y pertenencias de la familia estaban en medio de la calle.

Recuerda también como le sirvió el haberse memorizado muchos pasajes de la Biblia durante su niñez a raíz de que su mamá le ofreciera darle para su domingo por cada pasaje bíblico que se aprendiera; algo que él de niño tomó como un incentivo para ganar más dinero por aprenderse muchos pasajes bíblicos.

Tales escrituras le sirvieron cuando un par de muchachos del vecindario le invitaron a “saldar” una cuenta con otro joven, a lo cual se rehusó el adolescente Black al acordarse del pasaje de la Biblia que le urgía a decir no cuando los pecadores le instaran a pecar. El Capellán dice deberle la vida a las escrituras de la Biblia, pues los muchachos le quitaron la vida a un tercero y se encuentran en prisión pagando una cadena perpetua, que también pudo haber sido su destino si hubiese sucumbido a la tentación.

Con el dolor de su pasado el Capellán Black recordó una vez cuando su mamá le dijo que la familia iba a tener que ayunar ese día pero no por razones espirituales, aludiendo al hecho de no tener alimentos en casa para la familia ese día por haber existido un problema con el queso que acostumbraba a repartir la agencia del Welfare a las familias pobres. 

Pero en medio del dolor de su pasado el Capellán recuerda que tanto él como todos sus ocho hermanos llegaron a convertirse en miembros contribuyentes a la sociedad gracias a que hubo gente que creyera en unirse para curar a los dolidos; gente que tomara en serio el dolor ajeno.

Entre los consejos que dio el Capellán a los líderes religiosos de Las Vegas están el urgir a los feligreses a cultivar el espíritu de compasión por otros, a ayudar a los necesitados, al aprender a ver a las personas invisibles como los indigentes, al asociarse con agencias gubernamentales, estatales, y locales para solicitar subvenciones que les permita sanar a los que sufren; a tomar ventaja de lo que el gobierno provee al pueblo. Y principalmente a cultivar una actitud de gratitud y a engrandecer a Dios.

 

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