A la espera de un nuevo año, apegados a las costumbres

Por Maritza MALDONADO

Escucho el crepitar del fuego de la chimenea, mis perros me acompañan en este momento de nostalgia y alegría. Sucede en esta época del año, la nostalgia o la tranquilidad de no tener preocupaciones de más. Para los emigrantes, el sentimiento va más allá de las luces navideñas. La fragancia de canela y manzana de las velas, los chocolates se mezclan con aromas de asados, pasteles y cuanta receta culinaria represente a nuestras raíces. Esperamos el 2023.

Nollie Tsatas, puertorriqueña que vive en EEUU, radicada en Las Vegas desde hace más de dos décadas, comenta: “Los festejos comienzan desde el 24, colocamos un arbolito, organizamos juegos para niños y adultos. Quiero que todo quede perfecto, hemos comprado regalos para los sobrinos que llegarán desde Chicago. Esperamos familiares que vienen desde Grecia porque celebraremos un acontecimiento especial en la familia, dice, nosotros somos lo que ahora llaman ‘mosaico cultural’, mi esposo es griego, y otros miembros de familia son filipinos, mexicanos, italianos y alemanes; tradicionalmente saboreamos el ‘coquito’ puertoriqueño, demandada bebida en estas celebraciones, además del arroz con gandules, el pernil, los pasteles de yuca.

Según el Censo del 2020 existen en EEUU más de 62 millones de hispanos, son el 18,7 % de la población de este país. En Nevada los hispanos representan el 28,7 por ciento de los residentes en el Estado de Plata. 

La familia Remedios-Romero mantiene las esperanzas en mejoras económicas. Martha, con más de 10 años en el hotel MGM como Guest Room Attendant GRA, señala: “El año ha sido duro. Es poca la precaución que tengamos, incluso quienes nos vacunamos contra el COVID 19. Estamos agradecidos por nuestros hijos, mi mamá, mi hermana, su familia”.  

Leonardo, el esposo, me brinda un dulce de guayaba y una tacita de café e interviene: “Ojalá que el próximo año bajen los precios de los alimentos”. Camina hacia el patio y grita: “preparo las condiciones para el banquete por el Año Nuevo, con ‘puerquito asado’, tamales, arroz congrí, yuca con mojo, y aunque las temperaturas están bajas, cerveza, mojito criollo y ron cubano estarán en la mesa, no solo como decoración”.

Pablo y Teresa Zermeño son mis vecinos. Casados hace más de tres décadas, él es de Guanajuato, México, y ella oriunda de Oregon; ambas culturas entrelazadas a lo largo del tiempo, sus expectativas para el 2023 son tener salud, trabajo, viajar, reunirse con la familia que vive en estados del norte.

Son variadas las aspiraciones para los habitantes del valle, algunos quieren reunirse con familiares en sus países de origen. Otros anhelan mejores trabajos y oportunidades. Hay quienes prefieren disfrutar esta temporada junto a amigos cercanos.

Brindo con un rico champurrado, escucho el crepitar del fuego y leo uno de mis libros favoritos. Felicidades a todos.

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