Por Roberto PELÁEZ
Si bien el 10 de octubre es desde hace varios años el ‘Día Mundial de la Salud Mental’, es justo reconocer y no pasar por alto que también hace mucho Mayo fue escogido como el mes dedicado a las personas afectadas por trastornos de la mentalidad y en sentido general a ganar conciencia sobre esta patología, desterrar tabúes que muchas veces conllevan a un trato diferenciado y dejar a un lado el estigma contra los afectados.
Gisela de la Rosa, con más de tres décadas de labor en lo concerniente a la salud mental, ayudando a personas de diferentes edades en la lucha contra el estrés, reconoce que -Coronavirus aparte- vivimos momentos muy complejos, con muchos factores que atentan entre los que se pueden enumerar el alcoholismo, las adicciones, la ansiedad, el estrés, las depresiones, la agresividad, la violencia doméstica, la ira, el maltrato, la impotencia, los trastornos bipolares “de manera, apuntó en una de sus pláticas para lectores de El Mundo, que es un campo muy amplio donde aun queda mucho por hacer”, sostiene.
“Muchas veces los desórdenes mentales que se presentan en los adultos tienen su origen en la infancia, en crecer dentro de un hogar disfuncional, que enfrenta un número considerable de problemas, y éstos repercuten, por supuesto, en los más pequeños de la casa, comienzan por mellar su sensibilidad y luego todo se complica por los desequilibrios que tienen lugar en el cerebro”, explica.
“Claro que hay técnicas, en este caso, para aliviar el estrés, prosigue, pero cuántas personas se acercan de asesoramiento, de consejería, a veces por desinformación, por apatía, poco tiempo, exceso de trabajo, incluso por los tabúes, pues muchas personas no buscan ayuda profesional, los consejos de personas especializadas que mucho pueden ayudar.
“Imagínese esta situación, argumenta, el padre de familia pierde su empleo, tiene deudas de sus tarjetas de crédito, debe pagar la renta, el seguro del carro, hay que comprar alimentos, y todo eso lo agobia, entonces se refugia en el alcohol, desahoga su ira y frustraciones en la esposa y los hijos... se va deteriorando en el aspecto personal y la familia no es ajena a ese deterioro, afloran las afecciones que datan de su infancia, entonces le reitero, es complejo, y lo más conveniente es buscar ayuda profesional.
“Si tenemos en cuenta los estudios, literatura especializada, la experiencia de doctores, siquiatras, sicólogos, dice, pues resulta muy difícil platicar, por ejemplo, de ese trastorno llamado esquizofrenia, sin ‘remontarnos’ a la niñez, a los múltiples problemas que se encaran en esa etapa de la vida.
“En tal sentido, añade, tampoco podemos poner a un lado la genética, dicho de otra forma los antecedentes familiares, que también enfrentan un abanico amplio, van desde depresión, adicciones, hasta el suicidio, autolesiones, todo ello afecta al núcleo familiar, dañan a otros”, diserta De la Rosa.
La entrevistada platica de la ansiedad, los síntomas, las consecuencias que pueden derivarse, se refiere también a la depresión, “cuyos síntomas, acota, pueden ser muy severos, te invade la tristeza, no ves salida a tus problemas, te tornas irritable, ansioso.
“A lo anterior hay que agregrarle el mal dormir, y todo ello es como una bola de nieve, crece si no se atiende, y la situación empeora hasta llegar a intentos de suicidio, pero desde mucho antes es preciso acudir en busca de ayuda profesional, y en tal sentido la familia puede desempeñar un papel importante, platicar una y otra vez con el enfermo, convencerlo de lo beneficioso que resulta ponerse en manos de especialistas, esa es, no lo dude nadie, la mejor salida a esos problemas de salud mental que afectan a millones de personas”, destaca.
