Ofrecen ayuda para encarar crecimiento de casos de contagio

Por Roberto PELÁEZ 

“Si bien estamos en un lugar mejor, mucho mejor ahora que hace un año, la pandemia no ha terminado”, expresó recientemente Steve Sisolak, gobernador de Nevada, en evento efectuado en la ciudad de North Las Vegas.

El gobernador incluso se gastó algún que otro chiste, que la gente celebró poniendo a un lado la causa fundamental, lo que motivó el encuentro: el Covid 19, y dar a conocer ganadores del sorteo entre nevadenses vacunados.

Incuestionablemente el mensaje es motivar a un número mayor de residentes en el estado a acceder a las inmunizaciones para encarar un virus que dicho sea de paso es mortal y se propaga con mucha velocidad.

Los días que corren, con vacaciones para los estudiantes, facilitan las reuniones familiares, los viajes en grupos, además trajeron consigo una especie de ‘regreso a la normalidad’, sin embargo se torna imprescindible tener conciencia de que el Covid 19 está ahí, entre nosotros, acecha, prefiere a los jóvenes y a los no vacunados... las cifras envían un mensaje alto y claro.

No constituye un secreto, la variante Delta -transmisible, contagiosa de manera de manera significativa, se ha afianzado en el país y Nevada no está fuera de la ecuación, menos aún los residentes en el Condado Clark.

Esta claro que no es sorpresivo el repunte en el Condado Clark, se conjuga el bajo número de personas vacunadas, la densidad de población, el atraer a millones de turistas nacionales y de otros países en el intento de dar pasos para recuperar la economía.

Los especialistas subrayan que los residentes en el Condado Clark (ya vacunados) están protegidos de manera considerable, pero -aquí viene otra aseveración: las personas QUE NO SE HAN VACUNADO, son más propensas a contagiarse.

No se puede perder de vista que el estado tuvo la tasa más alta de casos per cápita a instancia nacional. Y el Condado Clark se hizo sentir en tal sentido.

El llamado es a cuidarse, cuidar a la familia, a los vecinos, a los compañeros de trabajo... acceder a las vacunas, usar mascarillas en lugares públicos, más aun si son locales cerrados, lavarse las manos con frecuencia. No es difícil, sin embargo exige una cuota de conciencia y responsabilidad. Es menester tomar al toro por los cuernos.

Los expertos, luego de casi 18 meses de enfrentamiento con el virus, no lo piensan dos veces para advertir que la actual variante del mismo es más fuerte, tiene más posibilidades de infectar a las personas.

Es un asunto de lógica, si no se usa la mascarilla, lo del distanciamiento social (seis pies) es casi un recuerdo, entonces las posibilidades de contagios (sobre todo para quienes no se han vacunado) aumentan sobremanera.

Hasta el momento vacunarse no es obligatorio -es mi derecho si no quiero las inmunizaciones, pueden esgrimir algunos-, pero, ¿alguien tiene derecho a contagiar a los demás?

Las autoridades del estado y del Distrito de Salud se empeñan en llevar adelante el proceso de vacunación, las segundas insisten en lo efectivo y seguro de las inmunizaciones; diferentes instalaciones (consulados, iglesias), la Casa del Inmigrante, acogen jornadas de vacunación es un loable esfuerzo por llegar a más personas.

Cuando tenga esta edición en sus manos es probable que estén entre nosotros equipos federales llamados para ayudar en el enfrentamiento a la cantidad de casos registrados en las últimas semanas.

 

Pese a la insistencia de especialistas de salud pública para el uso mandatario de mascarillas, el gobernador ha precisado “podemos vacunar a más personas, prefiero no tener que volver atrás”. Quiere decir que por el momento no hay regreso al uso obligado de los ‘cubreboca’, salvo para empleados, en un intento porque clientes (locales) y visitantes se sientan seguros, pero no se deja de monitorear el comportamiento de la pandemia.

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