Por Roberto PELÁEZ
“Todo cuanto se haga por más seguridad en las escuelas, porque nuestros niños puedan aprender, atender a los maestros, sin miedo, sin que el estrés se apodere de ellos, es lo mejor”, señaló Milagros Hernández al ofrecer sus impresiones sobre los nuevos proyectos de ley relacionados con el tema.
La mexicana Hernández, madre de dos niños, se unió con sus palabras a la opinión del nica Ramón Rondón, quien incluso fue más lejos al referirse al asunto y precisar que no se pueden limitar las acciones de un maestro al requerir a un alumno violento e indisciplinado.
“Es un asunto delicado, dijo, hay muchos aspectos que valorar, si un estudiante se porta mal, afecta el aprendizaje de sus compañeros, es violento, tira libros al piso, a otros alumnos, maltrata de palabra o acción a un maestro (a) qué hacer... suspenderlo, expulsarlo, llevarlo con el principal, algo hay que hacer, actuar en consecuencia”, sostuvo.
Desde el 2019 entró en vigor una iniciativa que impedía a los maestros corregir a estudiantes pese al mal comportamiento de éstos, algo que Daniela Morán, también de origen nicaragüense, considera “puede haberse aprobado con buenas intenciones, con el objetivo de evitar expulsiones o separación de la escuela, por la incidencia en el aprendizaje, pero algo hay que hacer, no quiero que mi niña sienta miedo en su salón de clases, y tampoco sus compañeritos o la maestra”, apuntó.
Los padres entrevistados comentaron que “a veces tenemos o nos llegan informaciones de comportamiento inadecuado en los salones, acciones violentas, incluso de estudiantes que han sido agresivos con otros alumnos y la misma maestra... es difícil enseñar y aprender en esas condiciones”, subrayaron.
Morán agregó que a un compañerito de su niña lo golpearon con un libro y a otro lo hicieron llorar en la clase de educación física, “hubo que llevarlo a la enfermería, y no le dijo al maestro quién lo había hecho porque le tienen miedo a algunos alumnos”.
Por su parte Rondón destacó que esas acciones, el no poder aplicar medidas severas crean un precedente “hay estudiantes que prueban fuerzas, sus acciones cada vez son peores, se impone una acción disciplinaria, sin obviar lo que debemos hacer los padres en casa, pero es estresante ir a trabajar, creer que los niños están seguros en las escuelas y no es así, creo que ni los maestros en ocasiones están seguros, quién puede tomar lecciones, concentrarse, o impartir clases con miedo”, se preguntó.
La AB168, del 2019, ha sido para algunos maestros un literal fracaso, les impide adoptar medidas disciplinarias, corregir al alumnado. “No es justo que un alumno sea violento en el salón de clases, en la escuela, cause problemas, y no se puedan aplicar medidas en consecuencia”, coincidieron.
Varios grupos comunitarios tuvieron a bien señalar que no deben eliminarse protecciones cuyo objetivo primordial es que los alumnos permanezcan en las escuelas, evitar de esa forma que caigan en el sistema de justicia penal.
Se pudo conocer que el gobernador Joe Lombardo trabaja en dos proyectos de ley por separado que harán cambios a la referida legislación de 2019. Él patrocina la AB330, que algunos llaman ‘Acta de Soporte y de Escuelas Más Seguras’.
Trascendió que la iniciativa tiene el respaldo de los superintendentes de 17 condados y contempla la expulsión de un alumno que cometa acciones violentas que resulten en daño físico a un maestro, venda o distribuya cualquier sustancia controlada.
Grupos locales que hacen énfasis en una educación de calidad, insisten en que los padres conozcan a sus derechos y todo lo concerniente a su hijo y desempeño escolar, se han manifestado más de una vez en contra del bullying, además de organizar talleres de educación para los adultos, y enseñan a identificar señales que indican cuándo se debe cambiar a sus hijos de escuela, cuál centro docente es el más conveniente en pos de un mejor aprovechamiento escolar.
