Por Roberto PELÁEZ
Ellos saben que les asiste la razón, por eso en cada junta que sostienen sacan a colación que hay muchas cosas en la que los padres no pueden delegar en los maestros.
Las personas que integran el grupo de padres en liderazgo no cejan en su empeño de obtener una educación de calidad, los anima la noble aspiración de que sus hijos, y los niños del valle, adquieran conocimientos, sin embargo resaltan: “la educación comienza en el hogar”.
Cuando se está consciente de eso, una parte significativa de la batalla por la educación de los menores está ganada.
“Somos nosotros, dicen, quienes debemos enseñar a nuestros hijos a tener valores, a respetar a todos, ser amables, responsables, solidarios, a esforzarse por aprender, a conocer el valor de las cosas, cuidar el entorno, la naturaleza.
“Esos principios, de ninguna manera podemos dejar que sean los maestros quienes los inculquen en nuestros hijos, es una labor que nos corresponde como padres, y no se debe delegar en otros a la hora de preparar a los menores para la vida, y también para la sociedad”, resaltan.
Los padres en liderazgo no son muchos, pero tienen los pies en la tierra, platican de la educación artística, del hábito de estudio, de leer, y de valores como la honradez. Enseñan a sus hijos a ser mejores personas.
