Por Nuestros SERVICIOS
Después del ‘Día de Acción de Gracias’, la posibilidad de compartir en familia, con amigos, muchas personas tienen en mente las ‘fiestas decembrinas’. El volver a juntarse, cenar y celebrar, platicar, cobra un significado especial, más después de un año aciago.
Es buena época para juntarse, perdonar, verlo todo de un color más lindo, multiplicar el optimismo, con una dosis considerable de felicidad y alegría.
Lo anterior está muy bien, sin embargo lamentablemente hay estadísticas grises, negras, tristes, que sin dudas llaman a la reflexión. Esta es una época en que suele ‘dispararse’ el número de accidentes automovilísticos.
Es preciso que el sentido común no falte... es mucho lo que hay en juego en cada accidente: fallecidos, heridos, pérdidas materiales, traumas.
Ingerir bebidas alcohólicas y conducir, textear mientras se va al volante, el exceso de velocidad, el no respetar el derecho de vía, no ceder el paso, constituyen violaciones que por lo general se acompañan de lamentos y noticias tristes.
Conducir bajo los efectos del alcohol convierte al chofer en un asesino en potencia, y las estadísticas dicende manera clara que textear o hablar por teléfono cuando se está al volante es aún peor.
Celebrar la navidad, el fin de año, las fiestas decembrinas, no tiene nada que ver con lo anterior, es preferible celebrar en casa, cenar, bailar, disfrutar en familia o con invitados... si es preciso salir, urge adoptar las medidas precisas, designar a un chofer que se haga cargo de la situación.
Las fiestas decembrinas resultan marco idóneo para confraternizar, pasarla bien, poner adornos alegóricos, divertirse, reír, y ello está reñido con la irresponsabilidad, la negligencia, el comportamiento irrespetuoso.
Un buen regalo es que junto a las fiestas se contribuya directa o indirectamente a reducir la cifra de accidentes. Todos lo vamos a agradecer.
