Por Roberto PELÁEZ
El año escolar casi llega a su fin y con él las ceremonias y graduaciones, las despedidas, abrazos y lágrimas, sobre todo para alumnos que concluyen la preparatoria, sin embargo para esta mujer que tengo delante, de baja estatura, la procesión va por dentro, los ojos le brillan de sano orgullo... ayudar a los jóvenes a encaminar su vocación me hace sentir realizada, dice, claro que siento lo de la separación, agrega.
Llevo años al lado de jóvenes que vienen y van, estudian, finalizan la preparatoria y se van a diferentes universidades, comienzan a labrar su futuro, para orgullo de sus familias, sostiene Flor Cardona, una mujer de esas que se mide de la cabeza al cielo. Claro que siento la separación, acota, trabajo dos o tres años con cada grupo, estrechamos relaciones, viajamos juntos a otros estados para visitar universidades, casi somos familias, argumenta, pero se trata de que sepan cuál es su vocación y encaminen su futuro, precisa.
Les platico a mis jóvenes sobre diferentes carreras, pero más que todo de la importancia de estudiar, ir a la universidad, graduarse, ser buenas personas, apunta Cardona.
Ahí están los casos de Sara Gudiel, de Emily Salazar, y como ellas muchos estudiantes más, dice la entrevistada, no quiero que los sueños de mis alumnos sean como estatuas de sal bajo la lluvia, indica, quiero que salgan adelante, sean orgullo de sus familias y de la comunidad.
Y no solo los he llevado a universidades para platiquen con profesores y estudiantes, asegura sepan de qué materias van a tomar clases, posibilidades de trabajo, las tendencias, también fuimos al House of Blue y le hicieron muchas preguntas a Griselda Torres, quien es responsible allí de un grupo de empleados, fueron visitas muy provechosas, aleccionadoras, y ayudan a los jóvenes indecisos que aun no han decidido su vocación o qué van a estudiar, nos han dado buenos resultados.
Los tiempos cambiar, afirma Cardona, oriunda de Yucatán, México, muchos cuando llegó el momento de graduarnos e ir a una universidad no tuvimos a nadie que nos guiara con esto de la vocación, hay estudiantes que por embullo familiar, de una amistad, pues quieren ser abogados, médicos, periodistas, ingenieros, arquitectos, traductores, profesionales, concluir mañana una carrera bien remunerada, pero tal vez esas ramas no les gusten, entonces hay que hablar mucho sobre vocación, asevera, o qué quieren ser, por ejemplo, dentro de la medicina... es un poco complicado, pero algo muy importante, que me encanta.
Sí, reitera, me llega bien adentro la separación, pero llega el momento, tienen que seguir adelante, entonces me reconforta verlos después de un tiempo y me hablan de la universidad a la que asisten, están muy contentos, y eso es sin dudas lo más relevante, destaca.
