Trump y su golpe bajo a la energía limpia

Por Alexander ZAPATA

Desde hace décadas, científicos de diferentes latitudes del mundo han alertado acerca de la estrecha vinculación de la emisión de gases invernaderos como el dióxido de carbono (CO2) y cambio climático en la Tierra, que como resultado contribuye al aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos naturales como huracanes, tormentas, como las experimentadas en los últimos meses, así como la producción de intensas olas de frío o calor, entre otros, que inciden en la baja producción de alimentos y la pérdidas de la vida en el planeta. 

Un panorama poco alentador que pareciera no preocupar al presidente Donald Trump y a sus acólitos, ya que han eliminado el llamado Plan de Energía Limpia (CPP, por su siglas en inglés), decretada en agosto de 2015 por Barack Obama para la reducción de emisiones de CO2 hasta el 32 % para 2030, con respecto a los niveles registrados en 2005. 

Andrea Delgado, directora legislativa de Earthjustice, destacó que esta decisión de eliminar el CPP es un indicador del fracaso del liderazgo de la gestión de gobierno, que además revela su preferencia en reaccionar ante los desastres naturales que prevenirlos. 

El CPP recoge las líneas de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés), instancia que contradictoriamente en los actuales momentos apoya la decisión de Trump, pues consideran que esta derogación “facilitará el desarrollo de los recursos energéticos de Estados Unidos y reducirá cargas reguladoras innecesarias”.  

En un discurso emitido el 28 de marzo de este año y manteniendo su promesa de campaña electoral de aplicar una política más amplia para reactivar las minas de carbón del país, el presidente Trump expresó que con la eliminación del CPP se erradicaba “la intrusión del gobierno y una regulación que acaba con empleos”, en referencia a los puestos de trabajo de los sectores petróleo, gas natural y carbón. “Estamos poniendo fin al robo de la prosperidad estadounidense y reconstruyendo nuestro amado país”, dijo. 

Con el desmantelamiento del CPP, a Estados Unidos se le dificulta cumplir del Acuerdo de París (2016), en el que unos 200 países se comprometieron a combatir y limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, para evitar la amenaza del cambio climático, aspecto que Trump calificó como un “invento” de China.

Inmediatamente se conoció la medida, organizaciones en defensa de la conservación del ambiente expresaron su rechazo en desestimar esta legislación elaborada y propuesta por la propia EPA, que establecía una fuerte reducción de las emisiones del CO2 que resultan de la generación de energía eléctrica, y por ello afectó directamente a la minería de carbón.

 

 

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