Un banco de alimentos bien organizado

Por Roberto PELÁEZ

“Vine antes de las 7 de la mañana y aun así estoy distante de la entrada al estacionamiento de la escuela Arturo Cambeiro, pero todo está muy bien organizado y la línea debe avanzar rápido”.

Las palabras pertenecen a Paulo Estrada, quien el pasado martes 31 de marzo es una de las tantas personas asistentes al banco de alimentos. “Lo han cuidado todo, añade, mire que larga la línea y nadie se baja de su carro para evitar contagios”, comenta.

Guadalupe Ramos sabe que cuando comiencen a entregar las bolsas de alimentos será de las primeras, “estoy aquí desde temprano, acota, la semana pasada también vino mucha gente, pero todo muy organizado, esta son las acciones que una agradece, en medio de los problemas, las dificultades, el virus, pues hay una mano amiga”.

Un joven de ‘Communities in Schools Nevada’ se acerca y toma los datos de Ramos “me pide el ID, escribe, señala la entrevistada, luego va al carro siguiente, bien rápido, y desde mi lugar en la línea veo que preparan las bolsas, tal vez sea pollo, papas, manzanas, fresas, todo es aprovechable, más para mi que acabo de perder el trabajo, voy a descansar dos semanas como si fueran vacaciones, quizás después no me llamen, además, hay que comer y tengo una hija enferma”, advierte.

Rubén Paniagua es un dominicano de hablar apresurado, lo que está reñido con su forma de ver las cosas “nadie dice nada, señala, la gente llega y se pone un carro detrás del otro, sé que el tiempo que demoremos es porque organizan todo allá, dice y apunta al estacionamiento, después la línea avanza rápido porque agarras tu bolsa y seguimos... es una ayuda tremenda esto de los alimentos.

“Mire, continúa, el precio de los alimentos en las tiendas sube, he visto hasta las bolsas de piernitas de pollo a más de 15 dólares, y eso hace poco más de un mes costaba alrededor de 8 dólares, se aprovechan de la gente, por eso valoro tanto que  se ofrezca una bolsa de  alimentos gratis, me demoro más de una hora en la línea pero a gusto, no hago incomodidades, lo que estoy es agradecido”, resalta.

 

En las mesas donde llenan las bolsas todo es ajetreo, personas de diferentes edades se mueven de un lado a otro, quieren que los beneficiarios demoren el menor tiempo posible, “pero antes hay que organizar, sabemos que esto es una gran ayuda, sobre todo para personas de bajos recursos o que de pronto se quedan sin trabajo, y lo que es mejor, se juntan varias entidades, donan los alimentos, esto en tiempos difíciles es cuando se valora”, señalan.

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