Urge respetar las leyes del tránsito... La prioridad es salvar vidas humanas

Por Rafael ROMERO

En varias oportunidades la alegría que trae consigo el ambiente navideño o de fin de año, con reuniones familiares y de amigos, se ve empañada por accidentes de tránsito que arrojan un saldo trágico. Como una forma de salvar más vidas, prevenir accidentes, la Policía Metropolitana de Las Vegas y la de North Las Vegas trabajan de manera sostenida con un marcado propósito: reducir el número de siniestros y la pérdida de vidas humanas. 

Campañas como ‘Cero fatalidades’ y ‘Ve más despacio’, dejan sentado de manera contundente la aspiración de las autoridades.

El empeño de los agentes del orden por salvar más vidas, porque cada vez sea menor el número de accidentes, realmente puede conseguir poco sin la colaboración de conductores y peatones.

Respetar los límites de velocidad, colocarse correctamente el cinturón de seguridad, prestar la debida atención al control del vehículo, a las señalizaciones, respetar el derecho de vía... son medidas encaminadas a salvar lo más preciado: vidas humanas.

La manera más efectiva para proteger su vida y prevenir heridas en caso de un choque es usar el cinturón de seguridad. El uso adecuado del cinturón de seguridad no solo podría salvar su vida en caso de una colisión, sino que además podría evitarle tener que pagar multas de tráfico ($70.00 aproximadamente) por no usarlo.

La frase ‘es mejor perder un segundo en la vida que la vida en un segundo’, no pierde vigencia, no puede perderla cuando de salvar vidas se trata. 

 

Algunos creen (y se lo creen de verdad) que con unos tragos conducen mejor; los conductores en ocasiones consideran que no es peligroso manejar a altas velocidades, no reparan  en la posibilidad de perder el control de su automóvil; se reduce la efectividad el equipo de protección para el conductor y los pasajeros; se incrementa la distancia para poder detenerse cuando el chofer está expuesto al peligro; es indudablemente mayor el grado de severidad en un accidente cuando prima la velocidad, todo ello sin contar las repercusiones económicas.

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