De Buenos Aires a Las Vegas... La educación es como una luz al final de túnel

Por Roberto PELÁEZ

La entrevistada sabe que en horas de la tarde el silencio se apodera de su casa, mientras ella prepara el programa de radio el amante esposo se empeña en resolver algunos ‘problemas’ de ajedrez que le provocan un agradable dolor de cabeza.

“Es así desde hace más de 30 años, compartimos lo que nos gusta, a mi me encanta la radio, llegar a la gente, informarla, platicarle de sicología clínica que es lo que estudié por muchos años, mientras Héctor no puede vivir sin el ajedrez, lo apasiona”, comenta.

No duda en afirmar que los hispanos “son precisamente de los más afectados por asuntos como la ansiedad, el pánico, las enfermedades mentales, y me gusta ayudarlos de manera gratuita, dice,... también (es lamentable), sucede lo mismo ocurre con los hechos de violencia doméstica.

“Son tiempos muy difíciles, complejos, apunta la oriunda de Buenos Aires, Argentina, asentada en la ciudad de Las Vegas hace casi 20 años, hay mucho estrés, argumenta, el Coronavirus, la pérdida del empleo, la posibilidad real de perder la casa, las adicciones, la violencia doméstica, el estatus migratorio, por sólo mencionar algunos asuntos que tienen a la gente ‘jaque’, y no es para menos.

“Por suerte estamos aquí para ayudar de manera desinteresada, transmitir nuestros conocimientos y experiencia, insistir en la necesidad de educarse, en lo importante que resulta cursar estudios universitarios, aprender un oficio, asimilar la cultura de este país, respetar las leyes, aprender a votar”, resalta.

“José Martí dijo ‘ser culto para ser libre’, apunta, y nada me parece más atinado si se platica de educación, eso es fundamental, hace muchos años considero que quien tiene educación tiene alas para volar, conocer, y lo que es mejor, no tiene miedo porque sabe que no va ser abusado. 

“Aparte de lo que reporta la cultura general, continúa, incluso para el autoestima, la educación también es relevante para no sentir que se ultrajan y violan tus derechos, no sentirte menos.

”Muchas personas que atiendo son pobres, vinieron de ranchos en sus respectivos países, les falta educación, y por mi parte me siento satisfecha cuando tengo la posibilidad de ayudarlos, de llegar a ellos a través de la radio”, externa.

Sale a relucir el nombre de Andrea, quien concluyó estudios de hotelería en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV) “es nuestra hija, tanto Héctor como yo estamos muy orgullosos de ella, es de esas personas que ya tienen lo necesario ‘para volar’, labrarse su futuro, aunque usted sabe como somos los hispanos, nuestra casa siempre será la de ella”, subraya sonriente.

“Por lo que estudio, mi experiencia y superación diaria, expresa, tengo la certeza de que al ayudar o tender la mano a nuestros semejantes, sobre todo si están enfermos, sentimos algo por dentro difícil de explicar, creo que nos crecemos ante los ojos de Dios, somos mejores personas”, enfatiza.

 

La sicóloga comparte micrófonos con el inquieto periodista ecuatoriano Edwin Saldarriaga, y al respecto ofrece sus consideraciones: “es excelente, aprendió a leer por el conocido sistema Braille, quiere decir que cuando hay interés la gente sale adelante, se supera, recuerdo que cuando se acerca y me platica de compañeros de su organización, pues de inmediato ayudamos, nos dimos a la tarea de localizar a una maestra de manualidades, fue hermoso verlos aprender, superar la barrera que significa no poder ver, y aun así imponerse, es una lección de entrega”, comenta optimista Mónica Rocca quien no necesita presentación para la comunidad hispana.

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