La venezolana Fiorella Mora... Una enamorada del modelaje

Por Roberto PELÁEZ

Vestidos, ropa de baño, lencería, lentes, fotografías, nada de eso le es extraño a la joven Firella Mora, una apasionada del modelaje, a lo que ha dedicado gran parte de su vida.

Primero, cuenta, allá en Venezuela, donde esto del modelaje tiene mucha fuerza, se le concede gran importancia, de ahí la sólida formación de las muchachas y muchachos que se dedican a esta modalidad artística, subraya.

Siempre lo tengo claro, indica, aparte del modelaje, que es mi pasión y lo que he soñado siempre, no descuido mis estudios y curso Administración Tributaria, consigo graduarme luego de tres años.

En Venezuela, enfatiza, y me imagino en otros lugares, la formación de un modelo abarca lecciones de oratoria (dicción), la pose, aprender a caminar con tacones, una férrea disciplina que incluye por supuesto la alimentación, pues hay que vigilar de manera estrecha el peso corporal, sostiene la entrevistada. Estar pasada de peso, aunque sea por unas pocas libras, añade, motiva un regaño, urge adoptar medidas para bajar enseguida. En sólo 60 segundos hay que dar respuestas convincentes a un jurado, demostrar agilidad mental... muchas veces una respuesta da una idea de tu personalidad, tu cultura, tu instrucción, etcétera. 

Allá, tal vez por la influencia y los triunfos de las Miss Universo venezolanas, hay muchas niñas deseosas de estudiar modelaje, de abrirse paso; en los concursos cuando llega una competidora de mi país ya saben que por lo general trae una preparación sólida. Las muchachas se preocupan por las medidas 90-60-90 que corresponden a busto, cintura y cadera, ejemplifica. Hay mucha competencia. Una especie de ‘guerra’ de nervios. Todas tenemos influencias, alguien en quien nos fijamos más, yo por ejemplo admiro mucho a Dayana Mendoza, quien fue Miss Venezuela en el 2007 y un año más tarde Miss Universo. 

A una pregunta de El Mundo deja sentado que hoy la estatura de una modelo anda entre los cinco pies y siete pulgadas hasta los seis pies y una pulgada, aunque hoy existe una tendencia a no buscar modelos tan altas.

Se trata, argumenta, de una profesión exigente, que requiere muchos sacrificios, malos momentos, horas en tacones, a veces sin comer, desmayos, pero vale la pena, a quien le gusta pues le reporta una hermosa recompensa, ve convertidos en realidad sus sueños, sus aspiraciones.

Hasta los 20 años estudio y hago modelaje en Venezuela, luego, prosigue, nos mudamos a Colorado, me apoyo en mi experiencia para durante poco más de tres años trabajar como modelo en pasarelas y también en fotografía.

Desde hace unos cuatro meses resido en Las Vegas, acota, conozco personas del mundo del modelaje, asisto a una entrevista pues tengo interés en participar en el casting de Miss Nevada Latina... poco a poco me abro paso para hacer realidad mis aspiraciones.

 

A las niñas que se inician en esto del modelaje, les sugiero que estudien, se preocupen por finalizar sus estudios, entiendan que la profesión conlleva mucho sacrificio, exige dedicación, actitud, pero vale la pena, y entre más exigente más se le quiere, concluye.

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