Laura Arenas: “Enseñar a otros trae aparejado el éxito”

Por Roberto PELÁEZ

¿Quiere platicar de matemáticas, o prefiere hacerlo de gramática, de escritura, quiere saber cómo puede una inmigrante apegarse con todas sus fuerzas al magisterio y luego ‘desprenderse’ de él para ir en busca de mejoras económicas para su familia...? entonces debe concertar una cita con Laura Arenas y disponerse a escucharla, porque son muchas sus vivencias.

Procedente de Ciudad de México, la entrevistada llega hace 38 años a los Estados Unidos; es hija de Rodolfo y Ofelia, tiene ocho hermanos.

“Desde muy niña, cuenta, muestro inclinaciones por la matemática, sé que a más del 80 por ciento de la población no le gusta, sin embargo a mi se me da bastante fácil, también eso de la gramática inglesa y española”, advierte.

“Estudio, me preparo para obtener la licencia de maestra, en Washington, y luego consigo impartir lecciones de matemática durante nueve años...

“Después, continúa, atiendo salones de clases en español -para hispanos-, sobresalgo también en ciencias sociales, naturales, además de matemática y escritura, leo mucho sobre superación personal, textos motivacionales, de finanzas”, apunta Arenas.

“Soy de esas personas, (y no lo digo por los años de experiencia vinculada a educación), que considera como algo relevante los estudios, siempre le digo a los mas jóvenes que estudien, lleguen lo más lejos que puedan, aprendan, resalta, para tener mayores posibilidades en el futuro, lean, estén informados, conozcan”.

De Washington

a Las Vegas

“Cuando llego a la ciudad de Las Vegas, señala, de inmediato me dirijo al Distrito Escolar, comienzo a trabajar como maestra, pero me percato de que el salario es bajo.

“Un maestro trabaja muchísimo, muchas veces se queda en la escuela con los papeles, o lleva trabajo a casa, es una profesión sacrificada, muy importante, pero poco remunerada... cuando sacas cuentas, te pagan el mínimo por horas de labor.

“Dejo ese empleo y comienzo en ‘The Omelet House’, en Summerlin, buen salario, beneficios, propinas... se gana mucho más que como maestra, cuesta trabajo entender eso, pero es así”, externa Arenas.

“Hoy, prosigue, me desempeño, y muy a gusto, como una profesional en finanzas, me siento satisfecha cuando enseño a la gente, a la comunidad hispana, cómo funciona el dinero; de algunas personas aprendo que debes guardar tu dinero, ahorrar, donde te paguen por hacerlo, no donde te cobren, y estoy facultada para platicar de este asunto tan importante en Nevada, Washington, California, Oklahoma, Utah.

“Considero, abunda, que cuando una aprende algo debe enseñarlo a otras personas, no quedarse con esos conocimientos, porque se adopta una postura egoista, lo cual es censurable;  es muy justo compartir lo que una sabe, hacer lo posible porque otras personas aprendan y pongan en práctica”.

 

Habla de sus hijos Ariel e Ivonne y una sonrisa de satisfacción le adorna el rostro, “ellos, dice, están realizados, hicieron estudios, en ramas diferentes, pero no tengo dudas de que educar a los hijos, verlos crecer, imponerse, que trabajen y lleven el sustento a casa, que disfruten lo que hacen, dice mucho del éxito”, afirma, y vuelve a sonreír. 

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