Mari y su pasión por el baile... Un orgullo de Ecuador y la comunidad

Por Roberto PELÁEZ

Tras finalizar sus estudios de contabilidad en Ecuador, la joven Mari hace las maletas y emprende viaje al norte, a Las Vegas... parece mentira, aquí resido hace 21 años, apunta sonriente.

Busco a otros ecuatorianos, quiero ver a mi gente, recuerda la entrevistada, y no es hasta hace unos seis años, que mi hija lleva a una expo de su escuela muestras de la cultura de nuestro país y contacto con María Bécquer, ella me presenta al Club Ecuatoriano de Las Vegas.

Conozco al que luego sería mi esposo, tengo mis dos hijas (Samantha, de 19 años, y Emily, de 16) de pronto paso a formar parte del Club, y a participar en festivales. Mucho antes, subraya, asisto a un evento y veo a unas muchachas ejecutar movimientos de belly dance,  es como una chispa, me dije... quiero hacer eso.

Comienzo las lecciones desde cero, la postura, los ejercicios para los músculos internos, explica Mari, quien adquiere el apellido Jepsen de su esposo; tras las horas de entrenamiento, añade, practico en casa, hoy recojo los frutos de ese esfuerzo.

Bailo desde hace 13 años, soy profesional, imparto lecciones, dedico tiempo a mi entrenamiento personal, afirma, y con orgullo destaca: cuando Nora Uribe, presidenta del Club de Ecuatorianos se entera que bailo, me invita al Festival que cada año se efectúa en Los Ángeles, sostiene.

Me gusta ir a eventos, Nora y los demás somos como una familia, platicamos de nuestra cultura, nuestra comida, las tradiciones, es como estar en Ecuador, resalta.

Recién llegada del festival en LA, Mari tiene frescos los recuerdos, allí, apunta, bailo con una espada -a veces lo hago con dos-, los aplausos de la gente son un excelente regalo, y luego canta mi amiga Bibi Castagneto, es muy bonito.

 

La entrevistada insiste en la importancia de perseverar si se quiere llegar a algo, es difícil ser una profesional del baile sin dedicarle muchas horas, primero para aprender, luego perfeccionar; el belly dance es muy sensual, dice, no importa si estás gordita o no, eleva tu autoestima, favorece tu salud, y claro, atrae, finaliza.

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