Martha Patricia Guerra: “El orgullo de crecernos y ayudar a los demás”

Por Roberto PELÁEZ

Cuando platica de educación, del crecimiento de la cifra de hispanos que cada año va a la universidad, Martha Patricia Guerra no puede evitar emocionarse.

“No tengo dudas de que la comunidad hispana crece rápidamente, destaca, y desde mi punto de vista resulta muy importante que haya una generación de profesionales que nos represente en diferentes posiciones, desde la política, la salud, en la construcción, como abogados, en la misma educación”, destaca.

“Si seguimos por los medios la cantidad de estudiantes que se gradúa cada año, subraya, que finaliza sus estudios de preparatoria, nos damos cuenta de que la cifra de hispanos aumenta, y es que nos dimos cuenta que el futuro pasa por la educación; un título, un buen empleo, un salario decoroso, incide en la vida de esa persona, de su familia, de la ciudad, del estado, y es un motivo de orgullo para la comunidad”, reflexiona la entrevistada.

“Queremos que cada uno de esos jóvenes que va a la universidad, o decide ir a una escuela técnica, advierte, sea nuestra voz, nos represente dignamente, que trabaje activamente en favor de los nuestros, no olviden nunca sus raíces, de dónde vinieron sus padres, el sacrificio.

“Los padres, abunda, deben platicar con sus hijos, decirles cómo era -y es- la vida en nuestros países de origen, porqué decidimos venir y dejarlo todo atrás, comenzar de cero, sin conocer el idioma, ni la cultura, las leyes de este país... muchas veces lo hicimos en busca de una vida mejor para los hijos, y claro, esperamos que ellos correspondan a ese sacrificio.

“No se trata de que esperemos algo en el aspecto material o económico, argumenta, deseamos que los hijos lleguen más lejos que nosotros, sean personas de bien, educadas, que respeten, acaten las leyes de este país donde vivimos... para mi, subraya, el ayudar significa llevar esperanza y hacer la diferencia en la vida de una persona, eso es muy importante, y creo que juntos podemos hacer grandes cosas”.

La entrevistada llega a los Estados Unidos en 1995, y el 11 de septiembre del 2001 (una fecha que nunca podremos olvidar por el terrible ataque a las Torres Gemelas) arriba a la ciudad de Las Vegas.

Inmigrante mexicana, trabaja desde hace varios años en el restaurante Javier’s dentro del hotel y casino Aria.

“Es un restaurante de mucho prestigio, dice Martha, y no puede disimular el orgullo, allí estamos un grupo de trabajadores, en su mayoría inmigrantes, muy serios, deseosos de hacer las cosas bien, demostrar todo lo que hemos aprendido... considero que es fundamental ver a los compañeros de trabajo como una familia.

“Llego aquí sin un título universitario, dice, y junto a mi esposo (Marko Gamboa) puedo decir que todo lo que hemos conseguido ha sido a costa de mucho sacrificio, de trabajo honrado; mantenemos a nuestra familia, formada por cinco hijos (Raúl, Jerry, Michelle, Melany y Galilea) y tratamos de educarlos no sólo para nosotros, para la sociedad.

 

“Otro aspecto que me enorgullece, apunta, es que estamos muy vinculados a la comunidad, participamos en muchos eventos, ayudamos a los más necesitados, sobre todo en estos tiempos tan complejos”, realza.

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