Giardia intestinalis, parásito que reduce aprendizaje en los niños

Además de provocar diarrea, náuseas y vómito, Giardia intestinalis puede afectar el desarrollo físico e intelectual del niño, ya que este parásito, que se aloja en el intestino, impide una buena absorción de nutrientes y toma los que el pequeño ingiere.

Tal es el caso del zinc, que es vital para una buena conexión neuronal, pues permite al cerebro almacenar información y aprender, indicó en una entrevista la jefa del Laboratorio de Parasitología Experimental del Instituto Nacional de Pediatría, Martha Ponce Macotela.

La especialista explicó que la deficiencia de zinc hace que los niños aprendan menos porque el parásito toma el micronutriente que requiere para sus proteínas variables de superficie.

Es decir, estas proteínas varían como si se tratara de un cambio de disfraz, para que el sistema inmune no lo detecte, apuntó.

Aunque Giardia puede parasitar a cualquier persona, su presencia es más común en los niños y en una fase crónica causa más daño porque están en crecimiento y desarrollo. Así, además de tener déficit cognitivo, los menores tienen bajo peso y talla.

Giardia es un organismo microscópico que se encuentra en dos formas, uno es el trofozito, que tiene forma de pera y produce daño en el intestino, y el otro es un quiste que encapsula al trofozoíto y es muy resistente al ambiente.

Además de los humanos, Giardia se encuentra en animales domésticos como perros y gatos. Un estudio hecho por el equipo de científicos que encabeza Ponce Macotela registró que casi la mitad de los perros en la ciudad de México tienen el parásito.

Además Giardia se encuentra en animales de granja como puercos, vacas y ovejas; así como en ratas y en mamíferos marinos.

El modo de contagio es por vía fecal, lo que significa que el parásito, de manera regular en forma de quiste, se encuentra en el excremento de animales y humanos. También contamina el agua o los alimentos y entra al organismo al ser ingeridos.

Luego cuando llega al duodeno, en el intestino delgado, el trofozoíto sale del quiste que lo recubre y se adhiere al epitelio intestinal donde se reproduce de manera exponencial y causa daño.

La investigadora comentó que cuando los seres humanos tienen una buena alimentación, el parásito no siempre encuentra las condiciones propicias para encubarse por lo sale del organismo, lo que hace que la infección se autolimite.

Precisó que las manifestaciones clínicas que provoca Giardia surgen entre los 6 y 10 días después del contagio y consisten en poca fiebre, diarrea y dolor abdominal al comer, que hace que el niño deje de comer y pierda peso.

Después de 20 días, la infección se hace crónica y el paciente puede tener dolor abdominal y episodios de diarrea de manera intermitente.

Aunque hay pacientes asintomáticos, Ponce Macotela indicó que al igual que en aquellos con síntomas y con un cuadro agudo, el parásito causa daño a la pared intestinal del enfermo.

Además, el parásito puede provocar esteatorrea, porque se come las sales biliares y al haber déficit de estas el organismo no puede procesar las grasas y las desecha, abundó la pediatra.

NUEVO DESCUBRIMIENTO

Por otro lado, la parasitóloga indicó que se tiene registro que Giardia puede introducirse al epitelio intestinal, lo que representa un importante hallazgo en la investigación que se lleva a cabo en el Instituto Nacional de Pediatría.

Esto es muy importante porque contradice lo que se pensaba, ya que no solo vive en la luz intestinal, como se documentó en el caso de un perro y de un niño, destacó la investigadora.

Por lo que ahora, el equipo científico trabaja en la búsqueda de apoyos para secuenciar el genoma de este parásito invasor con el fin de saber cuáles son sus semejanzas y diferencias con los genomas de Giardia reportados.

Además, buscan marcadores de genotipificación para encontrar cepas virulentas, así como principios activos de plantas que combatan al parásito.

ACCIONES CONTRA EL CONTAGIO

En ese sentido, la investigadora señaló que algunas cepas de este parásito son resistentes a los fármacos y el paciente debe recibir más de un medicamento desparasitante.

De ahí la importancia de no automedicarse, acudir al médico para que cerciore la presencia de Giardia, mediante un análisis de muestra fecal y dé la dosis necesaria para eliminar al parásito, enfatizó Ponce Macotela.

La especialista recomendó lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño; desinfectar las frutas y las verduras, ya que éstas pueden tener el parásito al ser cultivadas con agua residual mal tratada y sugirió hervir el agua de beber.

Además, subrayó la importancia de contar con servicios públicos de calidad, como tener agua potable y drenaje.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, se registraron 18 mil 831 casos de giardiasis en 2011.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en América Latina, África y Asia había 200 millones de personas con giardiasis a finales de 1990 y al año se registran medio millón de casos nuevos. México (NOTIMEX)

 

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