Más de 50 horas después de que un edificio de 24 pisos incendiado se derrumbara en el centro de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, las autoridades siguen sin conocer el alcance exacto de la tragedia, pues cuatro fallecidos están confirmados y medio centenar de personas desaparecidas.
Los bomberos, que trabajan desde la madrugada del 1 de mayo para apagar las llamas y buscar entre los escombros, dijeron hoy que es “improbable” encontrar supervivientes entre el amasijo de cemento, madera y acero.
“Creemos en la posibilidad, pero usamos la palabra improbable, y no imposible. Es improbable por causa del incendio”, dijo este jueves el teniente Guilherme Derrit, del cuerpo de bomberos de Sao Paulo, que dijo que los escombros están aún a temperaturas cercanas a los 150 grados.
Hasta la fecha solo se conoce la identidad de cuatro fallecidos, entre ellos dos gemelos de nueve años y un hombre que murió cuando el edificio se derrumbó a pocos segundos de ser rescatado por los bomberos, pero las autoridades ignoran la cifra total de víctimas.
Ello porque el edificio estaba ocupado irregularmente por unas 350 personas, en su mayoría de baja renta, inmigrantes o sin techo, y aunque la mayoría logró salir antes del derrumbe de la estructura del edificio Wilton Alves de Almeida en la madrugada, al menos 49 están desaparecidas.
La principal hipótesis apunta a un accidente doméstico con un tanque de gas o una olla de presión como causante del fuego que, en la madrugada del día 1, provocó un especular incendio en este edificio construido en 1966, que horas después se derrumbó por completo. Río de Janeiro