El déficit de Estados Unidos en su comercio exterior de bienes y servicios bajó un 17,6 % en octubre y se ubicó en 67 mil millones de dólares, aupado por el repunte de las exportaciones, informó la Oficina de Análisis Económico (BEA, en inglés) del país.
Se trata del primer descenso en el déficit comercial de EE.UU. desde el mes de julio.
El valor de las exportaciones estadounidenses en octubre se disparó un 8,1 %, a 223 mil 600 millones de dólares; mientras que el de las importaciones creció levemente, un 0,9%, hasta situarse en 290 mil 700 millones de dólares.
El repunte de las exportaciones fue generalizado y parece indicar una recuperación de la demanda internacional tras el agudo atasco global en las cadenas de suministro que se ha registrado en lo que va de año.
Las ventas de petróleo estadounidense crecieron en mil 200 millones, mientras que las de automóviles lo hicieron en mil 500 millones de dólares.
Después de registrarse un déficit de 80 mil 900 millones de dólares en septiembre, récord histórico en EE.UU., los analistas esperaban un saldo negativo de alrededor de 67 MIL millones en octubre.
En octubre, el déficit comercial con China, muy sensible políticamente en EE.UU., se redujo en 3 mil 200 millones de dólares y llegó a un valor de 28 mil 300 millones de dólares.
Por su parte, el saldo negativo con México aumentó en cerca de mil millones de dólares el mes pasado, hasta llegar a 9 mil 700 millones de dólares.
En el acumulado de los diez primeros meses del año, el déficit de EE.UU. ha crecido un 29,7 % respecto al mismo periodo del pasado año.
Pese a la contracción de octubre, los analistas consideran que el saldo negativo seguirá en niveles elevados en los próximos meses.
“De cara al futuro, esperamos que el déficit comercial se mantengan históricamente alto hasta que las preocupaciones de la pandemia se diluyan”, señaló Gregory Daco, economista jefe de la consultora Oxford Economics, en una nota a los clientes.
Daco advirtió de que el “aumento de los casos de covid-19 en el extranjero ha vuelto a amenazar con restringir la demanda global”, en referencia a la irrupción de la nueva variante ómicron.
SUBE LA INFLACIÓN, BAJA EL DESEMPLEO
Aunque Estados Unidos parece haber dejado atrás lo peor de la crisis económica, y la tasa de desempleo se encuentra en el 4,2% en mínimos desde la llegada de la pandemia, la gran preocupación ahora es la inflación persistente.
Por ello, la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. comenzará este mes a desmontar el extraordinario estímulo monetario desplegado para enfrentar la crisis económica provocada por la pandemia, con la reducción progresiva de su multimillonario programa de compra mensual de bonos.
Así lo indicó a comienzos de noviembre su presidente, Jerome Powell, en una rueda de prensa tras el comunicado de política monetaria del organismo, que dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre el 0% y el 0,25%, y anunció el inicio de la rebaja del programa de compra de bonos en 15 mil millones de dólares al mes.
Powell justificó la decisión por el “fortalecimiento” y la mejoría “sustancial” de la economía registrada en los últimos meses.
Con esta decisión, el volumen de compras mensuales de bonos, actualmente en 120 mil millones de dólares, se iría reduciendo progresivamente con el objetivo de acabar completamente con el programa a mediados de 2022, pero la Fed reconoció que podría adelantar este objetivo en función de la evolución económica.
Sobre la inflación, que cerró octubre con una tasa interanual del 6,2 % y es la mayor en tres décadas años, el banco central estadounidense reconoció que es “elevada” y más persistente de lo anticipado unos meses atrás.
La Fed presentará la próxima semana sus nuevas previsiones macroeconómicas, que en septiembre situó en una tasa de crecimiento del 5,9 % y una inflación del 4,2 % para finales de 2021, y que probablemente serán revisadas dado el complejo panorama económico. Washington (EFE)