Los demócratas ponen “Obamacare” en el centro del debate sobre el Supremo

Con el propósito de movilizar a los estadounidenses a pocos días de las elecciones, los demócratas colocaron el futuro de la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, conocida como “Obamacare”, en el centro del debate sobre el Tribunal Supremo.

El objetivo de los demócratas fue huir de los ataques personales contra Amy Coney Barrett, elegida para el Tribunal Supremo por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y centrarse en la reforma sanitaria de Obama con el fin de recordar a los votantes lo que está en juego en los comicios del 3 de noviembre.

Los demócratas uno tras otro mostraron fotos de sus constituyentes y narraron cómo el fin de “Obamacare” podría afectarles en medio de la pandemia.

El senador Patrick Leahy consideró que la confirmación de Barrett podría tener consecuencias “catastróficas” para los millones de estadounidenses que por primera vez accedieron a un seguro médico gracias a la Ley de Cuidado Asequible (ACA, en inglés).

Leahy, que intervino por videoconferencia, mostró la foto de una enfermera de Vermont que está en silla de ruedas debido a una enfermedad neurológica y quien teme perder el seguro que le ayuda a pagar por medicación. “Esta es gente real”, manifestó Leahy, quien consideró que Barrett es una amenaza ya que el 10 de noviembre, justo después de los comicios, el Tribunal Supremo celebrará una audiencia para decidir sobre el futuro de la cobertura sanitaria.

El candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, siguió estrategia que sus correligionarios del Senado y presentó el proceso de confirmación de Barrett como un referéndum sobre el “Obamacare” y la gestión de Trump de la pandemia.

“El presidente quiere eliminar la Ley de Cuidado Asequible. Se trata de millones de estadounidenses se van a quedar sin seguro médico”, destacó Biden.

Barrett ha expresado su rechazo a la reforma sanitaria de Obama. En concreto, en 2017, publicó un ensayo en el que criticaba el fallo a favor de la ley que dictó en 2012 el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts. El propio Trump ha hecho todo lo posible para anular la reforma del entonces presidente Barack Obama.

Trump comentó en Twitter que los demócratas hacen muchas preguntas. Urgió a los republicanos a acelerar el proceso para confirmar a Barrett antes de noviembre. Barrett abogó por un Tribunal Supremo independiente y prometió que analizará las leyes “como están escritas”, siguiendo la doctrina legal que interpreta la Constitución.

De ser confirmada, Barrett cubriría la vacante que dejó la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida y convertida en un icono progresista, y un símbolo de la lucha por la igualdad de género. 

Barrett, católica y de 48 años, es la antítesis de Ginsburg sobre todo en lo que se refiere al aborto: la fallecida jueza protegió ese derecho a toda costa, mientras que la nueva magistrada se ha posicionado en varias ocasiones a favor de restringir el acceso a ese procedimiento. Washington (EFE)

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