Madre añora a joven que viajó de polizón en avión

Por Elias MESERET

El hogar de la madre del somalí es una choza con una estructura endeble de ramas cubierta de mantas sobre el suelo arenoso de un campamento de refugiados. Fue por ella que un muchacho de 15 años viajó como polizón en un avión desde California.

Ubah Mohammed Abdule no ve desde hace ocho años a su hijo, que fue hospitalizado en Hawái la semana pasada después de llegar hasta ahí escondido en el compartimiento de las ruedas de un avión.

Abdule lloró junto a su choza misérrima y habló de su hijo. Dijo a periodistas de The Associated Press que viajaron para verla en el remoto este de Etiopía que se alarmó cuando se enteró lo que hizo su hijo para viajar.

Quienes viajan en los compartimientos del tren de aterrizaje de los aviones tienen pocas probabilidades de sobrevivir y aquellos que lo intentan suelen ser africanos en busca de una vida mejor en Europa o Estados Unidos.

Pero Yahya Abdi no estaba feliz en California y extrañaba desesperadamente a su madre, dijeron quienes conocen a su familia allí. Por eso el 20 de abril, Abdi escaló una cerca en el aeropuerto internacional de San José y se trepó al compartimiento de las ruedas de un avión. Pero la nave viajaba a Hawái y no a África. El chico no ha hablado públicamente sobre su odisea.

“Sé que es un niño inteligente con gran afecto por mí. Sabía que siempre quería verme, pero sé que su padre no le dejaba contactase conmigo” dijo la mujer.

Abdule nunca ha hablado con su niño. El padre les ha mentido a sus tres hijos, dijo la madre, diciéndoles que había muerto.

“El padre de Yahya primero me quitó a los chicos llevándoselos a Sudán. Después regresó a Somalia y exigió mi consentimiento para llevárselos a Estados Unidos si yo deseaba un divorcio formal. No me pareció bien y dije que no”, afirmó la mujer llorando. “Finalmente se llevó a mis tres hijos a Estados Unidos sin mi consentimiento”.

El padre, Abdulahi Yusuf, dijo en una declaración por medio de un vocero familiar en California que su hijo “tenía dificultades para adaptarse a la vida” en Estados Unidos.

“Nuestra situación se agravó por nuestro desplazamiento por África muchos años después de huir de nuestro país natal de Somalia debido a las condiciones de guerra”, dijo la declaración. “Como consecuencia, mi hijo no pudo recibir ninguna educación formal antes de emigrar a Estados Unidos”.

El campamento de refugiados Shedder está en el este de Etiopía, cerca de la frontera de Somalia, y en él viven unos 10.300 somalíes que huyeron de su país debido a la violencia de milicianos islámicos. Abdule, de 33 años, llegó al campamento a principios del 2010 después de salir de la capital somalí, Mogadiscio, donde había intensos combates. Gana un magro ingreso vendiendo vegetales en el mercado del campamento.

El padre dice que proyecta viajar a Hawái pronto para reunirse con su hijo y llevarlo de regreso a California.

Un funcionario en el campamento, Abdlrasak Abas Omar, dijo que Abdule ha aprobado su primera entrevista con la agencia de refugiados de las Naciones Unidas entre los refugiados que podrían emigrar a Estados Unidos. Si aprueba la fase siguiente, agregó, podría ir a ese país en menos de un año. CAMPAMENTO DE REFUGIADOS SHEDDER, Etiopía (AP)

 

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