Revelar documentos secretos puede costar caro

Por Kimberly DOZIER

El hombre que filtró a la prensa documentos secretos sobre programas de vigilancia en Estados Unidos —que provocaron un debate nacional sobre privacidad y seguridad— reveló su identidad y con ello se arriesga ahora a pasar décadas en la cárcel en caso de que Estados Unidos pueda extraditarlo desde Hong Kong, donde se ha refugiado.

Edward Snowden, de 29 años, quien dijo haber trabajado como contratista en la Agencia Nacional de Seguridad y en la CIA, permitió que The Guardian y The Washington Post revelaran el domingo 9 su identidad.

Ambos periódicos han publicado una serie de documentos ultrasecretos que detallan dos programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad, NSA.

Uno de los programas recoge cientos de millones de registros telefónicos en Estados Unidos en busca de blancos terroristas conocidos en el exterior.

La NSA recopila cientos de millones diarios, que van a una base de datos a través de la cual puede conocer si sospechosos de terrorismo han estado en contacto con personas en Estados Unidos. El gobierno del presidente Barack Obama dice que el programa de la NSA no escucha las conversaciones.

El segundo es un programa de vigilancia de internet, llamado PRISM, que permite al gobierno indagar en nueve compañías de internet en Estados Unidos para recabar todo uso de internet a fin de detectar comportamientos sospechosos originados en el exterior.

PRISM permite a la NSA y al FBI recopilar información de uso de la red, como audio, video, fotos, mensajes electrónicos y búsquedas, todo con el fin de detectar comportamientos sospechosos que comiencen en el extranjero.

Las revelaciones han reabierto el debate posterior a los ataques terroristas del 2001 sobre preocupaciones por la privacidad individual contra el aumento de las medidas para proteger la nación de ataques terroristas.

La NSA ha solicitado al Departamento de Justicia una investigación penal por las revelaciones. Los abogados del gobierno están ahora "en las etapas iniciales de una investigación sobre la revelación no autorizada de información secreta por parte de un individuo con acceso autorizado", afirmó Nanda Chitre, vocera del Departamento de Justicia.

El presidente Barack Obama dijo que los programas son autorizados por el Congreso y están sujetos a supervisión estricta de un tribunal secreto. El director de inteligencia nacional, James Clapper, dice que no se enfocan en ciudadanos estadounidenses.

Sin embargo, Snowden sostiene que los programas podrían permitir abusos.

"Cualquier analista en cualquier momento puede enfocarse en cualquiera, en cualquier sitio", dijo Snowden en un video que acompaña las revelaciones en la página de internet de The Guardian.

"No todos los analistas tienen autoridad para analizar cualquier cosa, pero yo, sentado ante mi escritorio, tenía la autoridad para grabar a cualquiera, desde usted o su contador hasta un juez federal e incluso el presidente si yo tuviera un correo electrónico personal".

"Mi único motivo es informar al público sobre lo que se hace en su nombre y lo que se hace contra ellos", declaró Snowden al periódico.

Algunos legisladores han manifestado preocupaciones similares sobre el vasto alcance del programa de vigilancia. Los legisladores hablaron el domingo 9 en programas de televisión sobre los pros y los contras de los programas de vigilancia.

"Yo espero que el gobierno proteja mi privacidad. Siento como que no está ocurriendo", comentó el senador demócrata Mark Udall, miembro de la Comisión de Inteligencia del Senado. "Para mí, la escala (del programa) y el hecho de que la ley fuese interpretada en secreto me preocupa desde hace tiempo", dijo el domingo 9 a la CNN, pero aclaró que por otra parte aborrece las revelaciones.

La presidenta de dicha comisión, la demócrata Dianne Feinstein, sostiene que la vigilancia no viola la privacidad de los ciudadanos y que contribuyó a desbaratar un plan en 2009 para detonar bombas en los subterráneos de Nueva York. La legisladora habló a la cadena ABC.

Por su parte, Clapper afirmó que la revelación de los programas ha causado "daños graves".

En una entrevista desde Hong Kong, donde se está quedando en este momento, Snowden declaró al Post que "solicitará asilo a cualquier país que crea en la libertad de expresión y se oponga a la victimización de la privacidad a nivel global".

"No me voy a ocultar", le dijo Snowden al Post. "Permitir que el gobierno de Estados Unidos intimide a su pueblo con amenazas de represalias por revelar acciones indebidas es contrario al interés público".
El Post declinó ofrecer más detalles acerca de sus reportajes sobre Snowden.

Portavoces de la Casa Blanca, el director de Inteligencia Nacional, la NSA y la CIA no hicieron comentarios de inmediato sobre las revelaciones, ni tampoco confirmaron si Snowden trabajó en órganos de inteligencia de Estados Unidos.

En un comunicado, Booz Allen confirmó que Snowden "fue un empleado de nuestra compañía durante menos de tres meses, asignado a un equipo en Hawai".

El comunicado dijo que si los reportes de prensa sobre lo que Snowden había filtrado eran exactos, "esto representa una grave infracción del código de conducta" y la compañía prometió trabajar estrechamente con las autoridades en la investigación.

Snowden declaró a The Guardian que no tenía diploma de secundaria y que se había alistado en el ejército de Estados Unidos hasta que le dieron la baja por una lesión y que después trabajó de guardia de seguridad en la NSA.

Posteriormente laboró en la CIA como técnico de información y en 2007 lo enviaron a Ginebra, Suiza, donde tenía acceso a documentos secretos.

Durante ese tiempo sopesó la posibilidad de filtrar información sobre los programas secretos del país, pero declaró al diario que decidió no hacerlo porque no quería poner en peligro a nadie y esperaba que la elección de Obama como presidente redujera el alcance de algunos de los programas secretos.
Snowden dijo que estaba decepcionado que Obama no lo hubiera hecho.

"Buena parte de lo que vi en Ginebra me decepcionó mucho sobre cómo funciona mi gobierno y las consecuencias de sus actos en el mundo", le dijo a The Guardian. "Me di cuenta que era parte de algo que hacía mucho más mal que bien".

Snowden renunció a la CIA en 2009 para comenzar a trabajar con un contratista privado y pasó los últimos cuatro años en la NSA como empleado de Booz Allen Hamilton y, antes de eso, en Dell.
The Guardian reportó que Snowden estaba trabajando en una oficina de la NSA en Hawai cuando copió los últimos de los documentos que planeaba revelar y dijo a sus supervisores que necesitaba una licencia de varias semanas para someterse a un tratamiento contra la epilepsia.

Salió con destino a Hong Kong el 20 de mayo y permanece allí desde entonces, según el periódico, que atribuye a Snowden haber dicho que escogió esa ciudad porque "tiene un compromiso serio con la libertad de expresión y el derecho a la disensión política" y porque cree que es uno de los lugares del mundo que puede resistir los dictados del gobierno de Estados Unidos.

"Me siento satisfecho de que todo esto valió la pena. No me arrepiento de nada", le dijo Snowden al Guardian, que dijo que el individuo le había pedido que dieran a conocer su nombre después de varias semanas de entrevistas.

Por su parte, Ronald Marks, ex funcionario de la CIA, explicó que "a través de software, uno puede buscar palabras y frases clave que relacionen una comunicación a un grupo o individuo en particular que pondrán en alerta a las diferentes agencias que tienen interés en ello", tal como Amazon o Google escanea millones de correos electrónicos y compras para hacer un seguimiento preferencial de los consumidores.

El autor de "Spying in America in the Post 9/11 World", agrega que algoritmos detallados tratan de determinar si algo está relacionado con ciudadanos estadounidenses, pero el proceso no es perfecto, ya veces lo que debería ser información privada llega a organismos no autorizados para verla. WASHINGTON (AP)

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