Sigue creciendo La Luz del Mundo... 100 mil asistentes a Convocación Nacional

Por Jack FREEMAN

Provenientes de los 50 estados de la Unión Americana y de 53 naciones de los cinco continentes, alrededor de 100 mil fieles de la Iglesia La Luz del Mundo se reunieron este 14 de febrero en el Glen Helen Amphitheater de San Bernardino, California para participar de la Santa Cena, memorial del sacrificio redentor de Jesucristo.

De manera simultánea más de 15 mil conexiones de internet trasmitieron en vivo el evento a 54 naciones donde la iglesia La Luz del Mundo está presente. Uno de esos enlaces se proyectó en el templo sede internacional en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, lugar que por siete décadas fue la única sede mundial de la Santa Convocación. Hoy, el inmenso crecimiento que ha tenido la Iglesia La Luz del Mundo condujo a establecer la segunda sede, de otras más que tendrá para conmemorar la solemne celebración a nivel mundial.

La ceremonia de Santa Cena, evento principal de la Santa Convocación USA 2018 que dio inicio el pasado 10 de febrero, estuvo encabezada por el Apóstol de Jesucristo y Presidente Internacional de la Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, y fue celebrada la tarde del 14 de febrero para recordar el amor que el Señor Jesucristo mostró hace casi dos mil años al otorgar su vida por la humanidad.

Durante la ceremonia, Joaquín García resaltó que el Evangelio se ha extendido por más de 50 naciones, lo que hace imposible que en una sola ciudad (Guadalajara, Jalisco) se siga reuniendo la Iglesia a participar de la Santa Cena, por lo que Estados Unidos será una nueva sede permanente para la celebración de este memorial, entre otras más que habrá en otros países.

Al dirigirse a la feligresía en general expresó con evidente fervor: “Iglesia que estás en Estados Unidos estaba ansioso por contemplar este día; cuánto estaba deseando participar de esta pascua, que es Cristo, con cada uno de vosotros”. Y agregó: “El principal motivo por el cual tú y yo estamos en este momento, y en este lugar, es para conmemorar su muerte -de Cristo- que nos abrió los caminos para la salvación, la cual rompió el velo y nos permitió tener comunión con nuestro Dios. Hoy venimos a decirle al mundo entero que Cristo no murió y quedó clavado en una cruz. Hoy, en esta reunión, manifestamos al mundo que Cristo vive y reina para siempre”.

Enseguida, el Apóstol de Jesucristo levantó el pan para bendecirlo e invitar a los 350 pastores y diáconos que se dieron cita para impartirlo a los miles de asistentes. A su paso por cada participante, el ministro expresaba las palabras de Cristo: “Tomad, comed, este es mi cuerpo que por vosotros es partido…”

Horas después, alzó también la copa para bendecirla con las palabras: “Tomad, bebed, esta es mi sangre que por vosotros es derramada, haced esto en memoria de mí…”

A las 18 horas, en medio de un ambiente de paz y amor cristiano, los fieles se unieron en una alabanza junto al Apóstol de Jesucristo para decir en una sola voz: “Mi hogar está en el cielo; mi bandera es el amor”. De esta manera se realizó el acto de despedida de esta magna celebración religiosa, que la iglesia llama: La fiesta espiritual más grande de toda la tierra.

Cabe destacar que la Santa Cena fue una muestra fraternal de la unión de culturas, razas y lenguas que se dieron cita sin importar nacionalidad o estado de procedencia; los presentes oraron y cantaron a Dios como uno solo, como hermanos, aportando a la comunidad un ejemplo de que se puede transitar en una sociedad limpia, que busque el engrandecimiento de su nación y el fortalecimiento de los valores.

 

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