Bilingüismo... Algunas palabras y las érroneas interpretaciones

Por Maritza MALDONADO

- “¿Du yu spik espanis? 

-No.

-Am sorri.

Es un corto diálogo que en ocasiones escucho en boca de un conocido. Pero esta vez, su interlocutor, le responde con un marcado acento inglés: Sí, ¿cómo puedo ayudarle?

Esto puede sucederle a cualquiera de los hispanoparlantes en este y otros países del mundo. 

Y es que sería justo reconocer que hablar el español ofrece disímiles ventajas, ya no sólo para encontrar mejores trabajos y salarios, también porque facilita el aprendizaje de otros idiomas al relacionar palabras de lenguas romances como el francés, portugues e italiano, y, aunque a muchos les resulte asombroso, también del rumano.

Con lo anterior no pretendo justificar el desinterés de algunos por aprender al menos palabras técnicas del trabajo que realizan o sencillas frases que les ayudarían a entender mejor. De eso hablaré en otro artículo.

Aproximadamente el seis por ciento de la población mundial habla español y en este competitivo mundo, las habilidades lingüísticas son tan apreciadas como las tecnológicas.

Las influencias de los idiomas originarios de los países y la inmigracion europea son algunas de las razones por las que el idioma español suele presentar diferencias y variantes, además, por supuesto, del facilismo. 

En el caso de los mexicanos y los cubanos, la diferencia en la utilización de vocablos o frases se hace evidente durante una charla cotidiana. 

A continuación algunos ejemplos:

• Coger

Para los cubanos significa asir, alcanzar, agarrar...

Ejemplo:

Voy a coger una taza para tomar café.

La misma palabra (coger), tiene la referida acepción entre muchos mexicanos, sin embargo algunos la utilizan más relacionada con el doble sentido o albur.

• Tortilla

Los cubanos identifican la palabra tortilla con una receta culinaria a base de huevos batidos y cocinados con papas y vegetales en una sartén con aceite caliente.

-Me gusta mucho la tortilla con pan y un vaso de jugo o refresco.

Para los mexicanos o personas oriundas de algunas naciones centroamericanas o sudamericanas, es una masa de harina de trigo o maiz, prensada o hecha a mano, en forma circular, plana; sin dudas gusta mucho en la mayor parte de México, es un alimento básico.

-Agarra unas tortillas para preparar tacos y quesadillas porque vienen los amigos. 

Dichos. Frases idiomáticas o refranes

También existen los conocidos dichos o frases idiomáticas, que se incluyen en el diario hablar. En el caso de los hispanoparlantes existen  frases populares como:

• Dar gato por liebre: engañar, timar.

• Tener memoria de elefante: tener buena memoria.

• Dar calabazas: rechazar la oferta de amor de alguien.

• Lavarse las manos: evadir responsabilidades.

• Sin pelos en la lengua: Decir las cosas con facilidad, sin impedimentos.

• Dar en el blanco: acertar, adivinar.

• Encontrar tu media naranja: conocer a tu pareja ideal.

Variante informal

Conocer la variante informal del español, como la de cualquier idioma, consiste en aprender el lenguaje que escucharemos en la interacción social, en los programas de televisión o radio, y ello contribuye a enriquecer la comunicación que podamos establecer con otros hispanohablantes. 

Por tal motivo, antes de visitar algún lugar, o decidir establecerse en él, es importante conocer algunas palabras o denominaciones para evitar malas interpretaciones o escaso entendimiento durante las conversaciones o pláticas. 

Del argot popular, por ejemplo son conocidas frases como:

Dale: para los cubanos especie de saludo o despedida. Ejemplo:

-Ok, nos vemos mañana.

-Dale.

Ándele o ándale: para los mexicanos puede tener varias acepciones, entre ellas, ‘apúrate, vamos, de prisa’. O corroborar algo que se advirtió antes:

‘Ándele, para que se le quite’.

Conocido también por lenguaje callejero, o slang en Estados Unidos, existen otras frases y palabras que denotan el intento de adaptación, para algunos facilismo, de los hispanoparlantes en este país. Uno de los ejemplos más notorios es Marketa por Market.

 

También se debe reconocer que en todas partes de Cuba y México no se usan los mismos vocablos. En ocasiones difieren de acuerdo a las raíces lingüísticas de dónde provienen los hablantes. Asimismo influye la clase social a que pertenecen, las costumbres y entorno donde se desarrollan.

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