Editorial: DREAMers como moneda de cambio

Un plan que otorgaría la ciudadanía a 1.8 millones de dreamers -personas amparadas por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia- (DACA) a cambio de un largo compendio de exigencias antimigratorias es parte de la iniciativa que un grupo de senadores republicanos ultraconservadores presentará en los próximos días para ser discutida en el Senado.

Este plan, compartido por nuestro comañero Alexander Zapata, se anunció después de la aprobación en el Congreso de la ley de presupuesto del gobierno federal, cuyo respaldo demócrata estuvo condicionado a iniciar un debate migratorio para proteger a los cientos de jóvenes indocumentados que luego de la decisión del presidente Trump de rescindir DACA, a partir de marzo, estarán en peligro de ser deportados a los países que, si bien los vieron nacer, no asumen como suyo por haber llegado a Estados Unidos siendo muy niños.

El proyecto de ley republicano, entre muchas otras medidas, condiciona la ciudadanía a 1.8 millones de inmigrantes que ya están amparados por DACA o que son elegibles para este beneficio, a cambio de la aprobación de 25 mil millones de dólares para construir el muro a lo largo de la frontera con México; instalar radares y sistemas de alta tecnología en la frontera y contratar nuevos agentes tanto para la Patrulla Fronteriza así como para la Oficina de Inmigración y Aduana.

Además, incluye limitar la política de reunificación familiar o como ellos lo denominan “migración en cadena”, aplicándola solo para cónyuges o hijos menores de edad de residentes y ciudadanos.

Otra medida es la eliminación de la Lotería de visas, reasignando las 50 mil residencias legales permanentes para terminar con la espera de familiares que ya tienen aprobado el trámite. Esta, junto a limitar la política de asilo, acelerar las deportaciones y descongestionar los cortes de inmigración son los planteamientos más polémicos de la propuesta republicana.

Los demócratas han rechazado este proyecto pues consideran que, de ser aprobado, colocaría a cerca de 9 millones de indocumentados al borde de la deportación de EEUU y afectaría el debido proceso migratorio.

Para su aprobación el proyecto requiere 60 votos en el Senado y en esta instancia los republicanos solo cuentan con 51 asientos. En el caso de la Cámara de Representantes se requiere para el visto bueno del plan 218 votos y los republicanos cuentan con 241.

Y mientras avanzan las negociaciones en el Congreso de los Estados Unidos, organizaciones sociales locales que luchan por los derechos de los inmigrantes, siguen de cerca y se mantienen activos para lograr una ley que beneficie a los “Dreamers” pero sin atacar al resto de la comunidad indocumentada.

Y es que la propuesta descrita al inicio es considerada un rescate que injustamente le pide a los Dreamers lograr el alivio migratorio a expensas de otros inmigrantes, según explicó en un comunicado el Director de Americas Voice, Frank Sharry.

Esperemos que haya una luz de esperanza al final del túnel.

 

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