Editorial: El voto a favor de la fraternidad

Que bueno y agradable cuando viven juntos como hermanos.

                          Salmo 133:1

La declaración titulada ‘La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia’, que firmaron Su Santidad el Papa Francisco y Su Eminencia el Gran Imán de Al-Azhar, Jeque Ahmad al-Tayyib, resulta sin dudas un modelo para la armonía y la ansiada solidaridad humana.

Al referirse a la misma, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, destacó; “Dejemos que nos inspire, y renovemos nuestro compromiso de mantenernos unidos como una sola familia humana”.

El ‘Día Internacional de la Fraternidad Humana’ fue proclamado por la ONU el 21 de diciembre del 2020 con el marcado propósito de promover la tolerancia cultural y religiosa. Se celebra cada año el 4 de febrero en todas partes.

Al celebrar el denominado ‘Día Internacional de la Fraternidad Humana’, es menester redoblar esfuerzos encaminados a promover la tolerancia, el entendimiento y el diálogo.

El Secretario General de la ONU expresó: “En estos momentos, necesitamos la valiosa aportación que hacen las personas de todas las religiones o creencias a la humanidad, así como la contribución que el diálogo entre todos los grupos religiosos puede aportar para que se conozcan y se comprendan mejor los valores comunes compartidos”. 

Se trata de la aceptación y el respeto de la diversidad religiosa y cultural por parte de la opinión pública.

Es preciso tener en cuenta que la educación, en particular en la escuela, debe contribuir de manera considerable a promover la tolerancia y eliminar la discriminación basada en la religión o las creencias.

Hay muchas maneras de poner en práctica la fraternidad, desde la “simple” acción de ayudar a una persona más vulnerable a cruzar la calle, una palabra de aliento en un momento de flaqueza, todo lo que impacte positivamente al prójimo es una muestra de fraternidad, de solidaridad. Dar de comer a un menesteroso, ayudar a los ancianos, donar ropa, juguetes, medicamentos, cobijas, hasta donar sangre, tomar parte en actividades en calidad de voluntario... es válido no relegar la solidaridad a un segundo plano. Hay acciones cotidianas a las que en ocasiones no se les da su justo valor, no se repara en lo que significan para otras personas. Es relevante valorar los pequeños gestos, conocer cuánto significan para otras personas, aunque se materialicen con la mayor naturalidad del mundo, sin perder la humildad

Es conveniente propiciar, practicar el respeto, la tolerancia, la amabilidad, el cuidado recíproco, la comunicación, ser honesto, transparente en la relación para con los demás, mostrar respeto por el tiempo de las otras personas, pasar tiempo de calidad con la familia, todo ello fomenta la fraternidad, las buenas relaciones con familiares, amigos, vecinos, compañeros de labor, con todos.

Hay que tratar a los demás como se desea que traten a uno, ni más ni menos, motivar a la práctica de la fraternidad y ser solidarios.

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