Editorial: Fin de semana de reflexión y fiesta

Los pueblos de la cristiandad revivimos cada año, el 24 de diciembre, el nacimiento del Niño Jesús, en una celebración que nos llena de gozo, de alegría, bondad y amor.

Conforme se acerca esta fecha recordamos el hecho que cambió, hace más de dos mil años, la historia de la humanidad.

Formados en la fe de Cristo, la Navidad es una fecha que todos llevamos grabada en nuestro corazón. En la niñez, la Navidad fue el día que nos hizo felices por excelencia.

Fue la fecha en que recibíamos regalos del Niño Dios, por magia de una tradición que nuestros padres nos inculcaron.

Ya adultos y como padres a nuestra vez, transmitimos, en recuerdo de nuestra propia infancia, la misma tradición y les damos a nuestros hijos en esta fecha, la felicidad que recibimos; a veces más, a veces menos, pero con la misma noble intención.

La Navidad nos recicla en el tiempo y en nuestros sentimientos.

El origen humilde de aquel niño que nació para darlo todo, hace renacer nuestra voluntad de dar amor.

Es la fecha de mirar al prójimo como a nosotros mismos, es la noche de paz entre los hombres de buena voluntad; la navidad es la ocasión que tenemos para llenar nuestro espíritu de gozo, para trascender de lo material a lo excelso.

Celebremos esta Navidad con lo mejor de nosotros mismos, con lo que llevamos dentro, con lo único que es y será siempre nuestro: el amor a nuestros seres queridos, a nuestros semejantes, a nuestros amigos y amigas y aún a quienes no lo son o no lo quieren ser. Esta es la fecha de la comprensión y la tolerancia; es la fecha del perdón y del olvido; la Navidad es la ocasión de renovar nuestra fe en la bondad de nosotros mismos para vivir en paz con todos los que nos rodean, los que forman parte de nuestra vida.

Hagamos votos porque esta hermosa tradición perdure en nuestro corazón y en nuestras costumbres, en nuestra conducta y en nuestra actitud de manera permanente.

La humanidad está tan necesitada de las bondades que inspira la navidad, que bien haríamos en no conformarnos con demostrarlas solo una vez, por pocos días, durante el año.

Este año será un fin de semana único e inolvidable; de reflexión y fiesta, así vivirán cientos de familias durante las celebraciones de Navidad que se ofreceran en el Valle de Las Vegas, eventos con los que, diferentes organizaciones, tendrán la oportunidad de brindar felicidad a los pequeños, a los grandes y a los medianos.

Sin embargo, un personaje que se ha ido ganando un espacio dentro de la cultura latina, sobre todo en los niños que acuden a las aulas escolares y allí les enseñan el respeto hacia Santa, con seguridad será uno de los principales protagonistas de las fiestas decembrinas en los Estados Unidos.

Santa Claus, que originalmente se basa en la historia alemana de San Nicolás en el siglo 17, repartía regalos a los niños. Santa Claus con sus ciervos, el taller de juguetes, los duendes y su pipa en la boca, ha sobrevivido al tiempo y este año llegará a muchos hogares de Las Vegas.

 

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