Editorial: A los héroes se les recuerda con el ejemplo

Morir es nada cuando por la patria se muere

                        José María Morelos y Pavón

El Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810), devino en llamado a empuñar las armas para luchar por la independencia de México; a partir de aquel relevante suceso el cura Miguel de Hidalgo y Costilla fue el líder del alzamiento popular que envió un mensaje -que no admitía doble lectura- a las autoridades coloniales: habían hombres dispuestos a dar la vida o mejor aún, pelear por ella antes que seguir de rodillas con la bota opresora en la garganta. Lo acompañaban Ignacio Allende y Juan Aldama. 

Un aspecto relevante es que contrario a lo que se ha visto muchas veces, no había en Hidalgo y Costilla interés alguno de poder o la defensa a ultranza de los privilegios de unos pocos... predominaba en él un sentimiento de justicia social. Mostró el inicio de un proceso a resolver por la vía de las armas. 

Aunque aquella admirable acción del Grito no condujo al triunfo definitivo -la independencia se alcanza 11 años después-, es innegable que la acción marcó el camino. El tañir de las campanas no fue el tradicional llamado a misa, fue una muestra de patriotismo, de dignidad, demostrativo del ansia de independencia. Fue como gritar a los cuatro vientos ‘no podemos permitir que alguien venga de lejos a mancillar la patria’. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810 hasta el 27 de septiembre de 1821. 

Al inmortal ejemplo de Hidalgo y Costilla, Allende, Aldama, se unieron los de José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero, Josefa Ortiz, Agustín de Iturbide, Leona Vicario, Francisco X. Mina y Guadalupe Victoria, entre otras figuras, cuya memoria no puede morir. La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. 

Resulta encomiable que por estos días se respire dentro de la comunidad hispana de Las Vegas un ambiente festivo, de marcado carácter histórico, que inició el domingo 9 con el Festival centroamericano, así debe ser, sencillamente porque “Honrar, honra”. 

La celebración de la independencia mexicana en el valle de Las Vegas, acompañada del Grito que perpetúa la memoria del Cura Hidalgo y sus intrépidos compañeros, data ya de mucho tiempo, e involucra no sólo a los mexicanos. 

Sin embargo a los héroes, a la historia patria, no se le recuerda sólo con fiestas, bailables, venta de comida, atracciones, lo cual es digno de reconocimiento y por supuesto exige participación. 

Lo más importante para recordar a quienes dieron patria, es empeñarse en ser mejor cada día en la actividad que se lleva a cabo, como estudiante, trabajador, líder comunitario, político... 

¿Qué se puede hacer por la familia, por los vecinos, por la comunidad, por los compañeros de estudio y trabajo? Es la pregunta a responder cada día. A los héroes se les recuerda dando lo mejor de sí, convirtiendo cada meta en un punto de partida para llegar más lejos. Así de sencillo. Todo lo demás sobra.

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