Editorial: Seguridad en el trabajo... un derecho

El Día Mundial de la Salud 2023 sirve incuestionablemente como un recordatorio, un llamado a la acción de que todos deben estar listos para lograr este loable objetivo.

El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra cada año el 28 de abril, resulta una manera de promover la prevención de los accidentes, y las consideradas enfermedades profesionales en todas partes.

La salud, el bienestar físico y mental clasifica como algo indispensable para poder desarrollar a plenitud las actividades, encarar lo concerniente al estrés de la vida diaria, ser productivos en el aspecto laboral y personal, contribuir, aportar de manera positiva con la sociedad.

No es extraño entonces que se llegue a la referida fecha enarbolando el lema: ‘Un entorno de trabajo seguro y saludable como principio y derecho fundamental’, lo cual es válido para todos.

¿Cuánto puede aportar un profesional, un empleador, un agente del orden, un empleado si está enfermo o lesionado?

No hay que pensar mucho para la respuesta, esa persona, sin importar su estatus o jeraquía, NO PUEDE aportar, rendir lo que la sociedad, la economía, incluso la familia misma, esperan de ella, entonces es indispensable hacer todo lo necesario para que se mantenga saludable, de cuerpo y mente.

Es importante conseguir cobertura sanitaria universal, hacer lo que es menester para el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad. Cuanto se haga por la salud es poco.

Los empleadores deben enviar un mensaje a sus subordinados, sencillo y pertinente, indicando qué debe hacer y por qué, cómo evitar lesiones.

En 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) empezó a celebrar el ‘Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo’. Se pretende con ello promover la prevención de los accidentes del trabajo.

Es una campaña de sensibilización dentro de la estrategia global de la OIT destinada a centrar la atención internacional sobre la magnitud del problema, apreciar, promover de paso una cultura de seguridad. De eso se trata.

Sin embargo garantizar la seguridad, evitar muertes y lesiones, no depende sólo del empleador, de los convenios firmados por naciones que forman parte de la OIT, los trabajadores, tienen la responsabilidad de laborar de manera segura, protegerse, no poner en peligro a otros, conocer sus deberes y derechos, participar de manera activa en la implementación de medidas preventivas.

La seguridad personal va más allá de seguir al pie de la letra el programa o las indicaciones del empleador, requiere tener conciencia, hacer lo posible por prevenir situaciones que pueden provocar accidentes, caídas. 

Los cursos, talleres, tomar clases sobre seguridad, conocer los medios de protección, su uso correcto, es algo indispensable para los trabajadores; es menester tener presente que un lugar de trabajo seguro, saludable, protege de lesiones y enfermedades, reduce el ausentismo, incide directamente en el aumento de la productividad.

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