Editorial: Un reto y la felicidad de ser padre

No lo dude nadie, la frase, extendida por mucho tiempo: ‘padre es cualquiera’. es un error de marca mayor. 

En ocasión del tan esperado ‘Día de los Padres’, vale recordar que la figura paterna es de importancia capital dentro de la familia, aporta -ejemplo aparte- un sentido de pertenencia, junto a la madre resulta un pilar para los hijos y la sociedad.

El padre es una especie de patrón para los pequeños, les ofrece seguridad, les ayuda a adquirir independencia; su presencia en el hogar contribuye a forjar la identidad del menor.

Si la educación es ‘la llave’ del futuro, entonces los padres son educadores, también lo son los abuelos; el papel de los padres es indispensable en la formación de los hijos. Si bien para algunos su rol ha cambiado con el paso del tiempo, es justo consignar en lo que tiene que ver con el desarrollo de sus hijos, la labor del progenitor no pierde un ápice de importancia.

Por años el padre fungía ‘solo’ como el encargado de proveer, más que todo en lo concerniente al aspecto económico, sin embargo con la incorporación de la mujer al trabajo (a veces hasta con mejor salario), el progenitor se involucra más en la vida cotidiana del hogar y del cuidado de los niños. Los padres velan por los pequeños, comparten muchas actividades, como debe ser.

Es en extremo importante que exista en la vida de todo menor la figura paterna, ésta debe apoyar a la madre, incluso desde el embarazo mismo su ayuda es vital, luego después del nacimiento su responsabilidad adquiere otras características, debe ofrecer seguridad a todos en casa, a la vez que transmite valores.

El marcado vínculo del padre con sus hijos es vital, por eso es difícil suplirlo, esa misma relación permitirá al pequeño formar, desarrollar una personalidad, tener confianza en sí mismo, socializar, adaptarse al entorno.

Con el cambio de responsabilidades ante la incorporación de las mujeres al trabajo, la paternidad se ha convertido en una especie de reto, es una tarea de primer orden, gratificante en grado sumo, facilita que se fomenten las relaciones padre-hijo con más confianza, brinda la posibilidad de ser admirado, reconocido como una presencia relevante.

Es en extremo difícil, si no se está ahí -en el hogar, junto a los hijos, a la familia- ofrecer toda la atención que los menores requieren, requieren, y eso también pasa por el cariño, el desvelo, los cuidados necesarios...

La convivencia es excelente para ayudar en la formación y desarrollo de los hijos, aportar, con el ejemplo a que sean buenos hombres y mujeres, contribuyan a la sociedad.

Asumir el reto constante de ser buen padre marca la diferencia entre el desarrollo emocional y social de los hijos; encarar este ‘reto’ es  maravilloso, hace crecer al hombre como ser humano... le permite aportar a la sociedad mejores personas.

Este domingo 18 es el ‘Día de los Padres’, sirvan estas líneas para reconocerlos. Los dueños y el equipo de trabajo de El Mundo le envían MUCHAS FELICIDADES.

Top