Porque no tiene, porque le falta, ya no puede caminar, así dice la popular canción española del poeta español Francisco Rodríguez Marín, popularizada en México allá en Monterrey donde durante la revolución mexicana, los villistas la usaron como su himno de lucha en contra de Victoriano Huerta a quien le gustaba tomar Cognac y sus fragos de marihuana.
Hoy México ha abierto la muy probable legalización de poder consumir marihuana, claro que es un paso importante en la lucha contra la violencia. ¿Será? O estaremos incrementando la inseguridad.
Comento algo que Sergio Sarmiento nos comparte en su columna que hace sentido del por qué legalizar su uso.
Una producción de marihuana puede tener entre 5 y 10 plantas por metro cuadrado. Cada planta, si se cultiva de manera adecuada, puede dar un rendimiento de hasta 500 gramos. Esto significa que en un metro cuadrado se puede obtener una producción de entre 2.5 y 5 kilogramos.
¿Cuánto cuesta producir un kilogramo de marihuana? Escucho distintos cálculos de gente que me dice que sabe. De las opiniones infiero que la producción de un kilogramo puede costar entre 50 y 200 pesos, dependiendo de las circunstancias.
En Estados Unidos el precio promedio de la marihuana al público oscila entre 204 dólares por onza en Oregón y 380 dólares en Dakota del Norte (Forbes, “The Price of Weed in Each State”, 12.5.15). Una onza tiene 28 gramos. Esto quiere decir que un kilogramo de marihuana alcanza en el mercado estadounidense un precio máximo al consumidor de 13 mil 571 dólares, que a un tipo de cambio de 16.80 se traduce en 227 mil 992 pesos.
Que una inversión de 50 pesos en una humilde hierba que crece sólo con dejarla en paz se traduzca en una venta de casi 228 mil pesos por kilo, o de hasta un millón de pesos por metro cuadrado, explica por qué, a pesar de la prohibición, la producción no ha caído. También ratifica por qué el tráfico de la marihuana y otras drogas ha generado una guerra de terrible violencia.
La posibilidad de legalizar la marihuana afecta fundamentalmente a quienes se benefician de este enorme margen de ganancia. Los más interesados en evitar la legalización son, por lo tanto, los narcotraficantes. La medida generaría un desplome del precio y acabaría con el enorme incentivo que hoy tiene la producción. La posible legalización también pone a temblar a decenas de miles de funcionarios y policías que obtienen sueldos e ingresos por corrupción de la guerra contra las drogas. Narcotraficantes, policías y funcionarios son socios en el negocio.
Además, impulsaría un turismo joven y no tan joven que aparte de disfrutar de la belleza natural de México, pudiesen hacerlo con un buen tequila y un carrujo de marihuana... ni hablar de que los tiempos cambian todo e indican que los años y la historia le dan su lugar a Don Porfirio Díaz y a la ‘Cucaracha’ que podrá volver a caminar, ¿usted qué opina?.
