Lo que no se puede criticar en Estados Unidos

Por Marlene MONTEOLIVO

Con la llegada de los caravaneros centroamericanos a Tijuana se ha destapado una caja de Pandora que pareciera darle la razón al presidente Donald Trump y a los estadounidenses que abogan por su país.

Miles de migrantes en caravanas desde Honduras, Guatemala y El Salvador esperanzados en recibir asilo en EU atravesaron Centroamérica y México hasta llegar a Tijuana, Baja California. ¿Organizados por quién?, no se sabe. 

Lo cierto es que de acuerdo a fuentes noticiosas, ninguno de los migrantes entrevistados accedió a revelar esa información. Y por qué no les darán la libertad de hablar, por qué los tendrán amedrantados, me pregunto.

El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, aseveró públicamente que alguien debe estar ganando en esta situación, pues no es posible que repentinamente se unan entre tres mil y cuatro mil personas en varios países centroamericanos y decidan simultáneamente irse a pedir asilo a EE. UU. en calidad de refugiados. ¿Qué casualidad, no? 

Y qué casualidad que siendo tan pobres los migrantes y habiendo salido a pie, repentinamente les caigan del cielo autobuses que les permitan viajar cómodamente, contando con alimentos y otras comodidades.    

Da la impresión que los caravaneros vienen estructurados por alguien, pero no se sabe con exactitud quién sea. Será por los centroamericanos que radican en EU; será por los cárteles, o será por el billonario George Soros, quién en su hambre de poder a nivel mundial, ha donado muchos millones de dólares a un grupo de países y causas con fines políticos. Y no creo que los hermanos Koch hayan metido la mano en este asunto.

Sea quien sea, tiene que tener mucho dinero. Algunos sospechan que pueda ser el partido demócrata que lo esté haciendo en busca de votos comprados, pero no se sabe a ciencia cierta.

Es fácil creer que el Presidente Trump no estaría involucrado en traer a los caravaneros, ni mucho menos que fuese el partido republicano, pues ninguno de los anteriores ven lo de las caravanas con buenos ojos.

A la llegada de los migrantes a Tijuana, grupos de tijuanenses ardidos, salieron a exigirles con desprecio a los caravaneros que se fueran de su patria y que se regresaran a sus propios países a arreglar los problemas de su tierra para no tener que salir a quitarle los pocos recursos con los que cuentan los mexicanos; aparte de ser por motivos de seguridad; motivos por los cuales los centroamericanos acusan a los mexicanos de ser racistas por no recibirlos con los brazos abiertos.

Hablando de coincidencias, recuerda usted cuando el Presidente Trump se postulara para su cargo hace dos años, cuando en su discurso inicial insultara a medio mundo, incluyendo a los hispanos diciendo que entre los indocumentados venían “malos hombres”, pandilleros, drogadictos, traficantes de drogas, violadores y más; pues ahora resulta que son los mismos mexicanos que se están quejando y diciendo exactamente lo mismo acerca de los migrantes centroamericanos.

Pues ahora que llegaron los centroamericanos a Tijuana, son los mismos mexicanos quienes se oponen a su llegada por traer consigo enfermedades, por creerse con el derecho de exigir a los mexicanos cosas de una manera no pacifista; por traer entre la gente buena a pandilleros y violadores, pues ya se han interpuesto varias denuncias después de haber intentos de linchar a los sujetos que se aprovechaban de mujeres y niñas durante la travesía de la caravana; mientras que otros hacían alarde de tener a su disposición drogas ilícitas que según ellos mismos traían en sus mochilas. En YouTube abundan los videos documentando lo aseverado.

Y mire usted como son las cosas; los tijuanenses, estando en México, sí pueden ser críticos de los migrantes recién llegados y entienden como la migración sin orden afecta los recursos del resto de la ciudadanía, pero una vez en EU, los indocumentados mexicanos y muchos otros inmigrantes hispanos acusan a Trump de racista por proteger la seguridad de esta nación.  

Marlene Monteolivo: elmundomarlene@gmail.com

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