Opinión: El mundo según AMLO

Por Jorge RAMOS

El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cree que Donald Trump es un “racista”. Así me lo dijo en una entrevista en el 2017. Eso quiere decir que la luna de miel entre AMLO-Trump puede durar muy poco.

“¿Trump es racista?” le pregunté.

“Sí, sí. El lo ha expresado”, me dijo López Obrador. “Azuza el racismo. Sí. Está en contra de los extranjeros. Pero tampoco es que lo sienta así. Es una estrategia política. O sea, eso lo aclaro. Nos ha hecho mucho daño. A él le funcionó su estrategia, su xenofobia, su racismo. Así ganó. Y no lo supieron enfrentar.”

-“Es fuerte que usted le llame racista a Trump.”

“Si, pero…”

-“Si usted llega a la presidencia eso va a generar enormes problemas.”

“No, no tiene por qué. O sea, vamos a hablar con mucha claridad.”

-“Usted está llamando racista al presidente de Estados Unidos.”

“Porque nos trata así. Y que no se olvide que México es un país independiente.”

La pregunta es si López Obrador será el mismo político combativo que le llamó “racista” a Trump en mayo del año pasado -y que escribió un libro al respecto llamado Oye Trump- o si va a tratar de llevarse bien con el presidente estadounidense. Trump felicitó a AMLO en un tuit, tras su triunfo en las elecciones de julio, y ambos han evitado pelearse públicamente por el asunto de la construcción del muro fronterizo. Es una relación extraña: la nueva izquierda latinoamericana con la ultra-derecha estadounidense.

El 64 por ciento de los mexicanos que vive en Estados Unidos y que votaron por correo en las pasadas elecciones en México lo hicieron por López Obrador. Y ellos esperan que los defienda frente a Trump y no los deje solos, como hizo Enrique Peña Nieto.

Pero lo interesante es que Trump y AMLO tienen una coincidencia sobre el tema migratorio. López Obrador quiere crear buenos trabajos en México para que los mexicanos no se tengan que ir al norte mientras que Trump está tratando de evitar que entren nuevos inmigrantes. Ahí se vislumbra una posibilidad de trabajar juntos en lo que AMLO llama “cooperación para el desarrollo”. Sin embargo, la llegada de las caravanas de centroamericanos a la frontera México-Estados Unidos es la primera crisis que enfrentan conjuntamente los dos mandatarios.

La dura visión de AMLO sobre Trump no se extiende a Venezuela y Cuba.

-“¿Usted cree que Nicolás Maduro es un dictador?” le pregunté en la misma entrevista.

“No lo voy a juzgar”, me dijo.

-“Hay violaciones a los derechos humanos, desmanteló la Asamblea. Hay decenas de muertos y de prisioneros políticos (en Venezuela).”

“No quiero meterme en ese asunto”, insistió AMLO.

-“¿Por qué?”

“Porque tenemos principios de política exterior: no intervención y autodeterminación de los pueblos.”

Luego pasé al tema de Cuba.

-“¿Ya le podemos llamar a Raúl Castro dictador?” le pregunté.

“Yo no le llamaría así”, me respondió.

-“Señor López Obrador, Cuba es una dictadura desde 1959. El fue puesto por dedazo por Fidel en el 2008. Usted se quejó de los dedazos en México. ¿Por qué no quejarse del dedazo en Cuba?”

“Mira, esas fobias, yo creo que tú estás en tu papel de periodista. Tienes el derecho a preguntarme todas estas cosas. Yo también tengo el derecho a no engancharme con esos asuntos.”

Me parece totalmente inverosímil que un político latinoamericano de la talla de López Obrador no se atreva a decir en el 2018 que Cuba y Venezuela son dictaduras. Pero más que un compromiso tácito con sus ideologías podría ser, sencillamente, una cuestión práctica. “Que no se metan con nosotros”, me dijo más tarde, a manera de resumen.

Todo parece indicar que una de las prioridades de López Obrador no será el defender los derechos humanos en el continente americano. La invitación a Nicolás Maduro a su toma de posesión -saboteando los esfuerzos internacionales para aislar diplomáticamente a la dictadura venezolana- demuestra el énfasis de AMLO: será México y no como líder hemisférico.

 

Hay un nuevo rumbo en México. Terminan 89 años dominados por dos partidos (PRI y PAN). Los mexicanos votaron por un cambio y aquí lo tienen. Hay muchas cosas que todavía no sabemos sobre López Obrador. Pero el poder, al final, siempre desnuda.

 

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