Opinión: Xochitl quiere ser presidenta

Si el presidente no hablara tanto sobre ella, quizás muchos mexicanos no sabrían quién es Xóchitl Gálvez. Los senadores, como ella, no suelen ser muy populares.

Pero como Andrés Manuel López Obrador no se resiste a la tentación de hablar de todo en las mañaneras, en lugar de acabar con las aspiraciones presidenciales de Xóchitl, la ha colocado como una de las punteras entre los 13 precandidatos de la coalición opositora. Y si México, por fin, va a tener una presidenta, la contienda podría ser entre Xóchitl y Claudia Sheinbaum, la exjefa de gobierno de la ciudad de México.

“Voy para ganar la presidencia de la república”, me dijo en una entrevista unos días antes de anunciar oficialmente sus intenciones. “No tengas ninguna duda; y le puedo ganar a Claudia o al que pongan enfrente.” ¿Por qué quiere ser la primera presidenta en México? “Para reducir la desigualdad, la pobreza, de una manera distinta a la que el presidente plantea…Creo que está bien esta política social, pero hace falta más.” (Aquí pueden ver la entrevista https://rb.gy/x667p)

Hace unos meses era difícil identificar a algún político de la oposición con posibilidades de ganarle la elección presidencial a la maquinaria de MORENA. La acumulación del poder de AMLO hacía casi inevitable que una de sus “corcholatas” ganara. Pero ya no.

El punto de quiebre fue cuando el presidente acusó equivocadamente a la senadora Gálvez de haber dicho -en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a finales del 2022- que eliminaría los programas de ayuda a mayores de edad. Pero como corroboró la agencia AP, la senadora Gálvez no dijo eso. Dijo: “Yo estoy de acuerdo en apoyar a los que menos tienen, por supuesto que estoy de acuerdo en esas transferencias, pero me parece que es insuficiente”.

Gálvez, argumentando su derecho a réplica, intentó ir a la mañanera. Pero no pudo entrar a Palacio Nacional. “El presidente no quiere escuchar a alguien que piense distinto a él, así de sencillo”, me dijo. “Jamás dije que había que quitar los programas sociales. Y mucho menos a los adultos mayores”. Ella sabe que para ganar tiene que enfrentar al presidente; todo en el 2024 es sobre AMLO.

El presidente y su partido son muy vulnerables en otro tema: el crimen. Si la oposición quiere ganar el 2 de junio del 2024, tendrá que convertir las elecciones en un plebiscito sobre la inseguridad en México. El sexenio de AMLO es el más violento en la historia moderna con 146 mil asesinatos y contando.

Y en ese punto, la empresaria e ingeniera en computación de la UNAM, aún tiene mucho que trabajar. “Realmente yo hoy no tengo una propuesta de seguridad pública clara”, me contestó con honestidad hace un par de semanas. “Te puedo hablar de las ideas que tengo como senadora, de lo que hay que hacer en el país. Quitar la impunidad. Darles recursos públicos a las policías estatales, que hoy no los tienen. Lo que yo haría sería sentar a los mejores expertos del mundo y de México para establecer una estrategia. No se puede hablar a la ligera. Hay demasiados fracasos de expresidentes que no han podido encontrar la solución”.

El que ya se le adelantó en este tema es el excanciller, Marcelo Ebrard, quien acaba de dar a conocer su Plan Ángel (Avanzadas Normas de Geo Localización y Seguridad). “Vamos a disfrutar del México más seguro de la historia”, prometió en un video en redes sociales. Realista o no, ese deberá ser el tema central de la campaña presidencial.

Y Xóchitl no se achica. “A mí nadie me ha regalado nada”, ha dicho en otras ocasiones. “Yo nací en Tepatepec (Hidalgo); de una mamá mestiza y un papá indígena. Y yo decidí ser indígena”. Sin embargo, el presidente insiste en ligar a la senadora panista con un bloque conservador y retrógrado. Ante esto, ella también ya le ha contestado: “No puede imaginar que una mujer obtenga una candidatura por méritos propios porque usted, señor presidente, es un machista”, ripostó.

A pesar del machismo en el país y de las resistencias históricas, México está más que listo para tener a una mujer en la presidencia. Lo nuevo es que la insólita y constante interferencia del presidente en el proceso electoral, en lugar de beneficiar a sus preferidos, disparó la candidatura de Xóchitl. Y ahora ya está fuera de su control.

 

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