Muchas personas insisten y hacen todo lo posible por no exponerse al sol, más que todo por las afecciones que éste pueda causar a la piel, sin embargo conviene ver los beneficios que proporciona.
La luz del sol tiene muchos beneficios para nuestro cuerpo. Por ejemplo: Mejora el sueño. El cuerpo crea una hormona (melatonina), fundamental para ayudar a dormir. El cuerpo comienza a producirla cuando está oscuro, habitualmente comienza a sentirse somnoliento dos horas después de que se pone el sol.
Reduce el estrés. La melatonina también reduce la reactividad al estrés y estar al aire libre ayuda al cuerpo a regular la melatonina de forma natural, lo que puede ayudar a reducir el nivel de estrés. Realiza actividades físicas, ese ejercicio adicional también ayuda a reducir el estrés.
Mantiene los huesos fuertes. Una de las mejores maneras de obtener vitamina D es estar al aire libre. El cuerpo produce vitamina D cuando se expone a la luz del sol; unos 15 minutos al sol son suficientes si tiene la piel clara. La vitamina D ayuda a su cuerpo a mantener el calcio y evita que los huesos se vuelvan frágiles, delgados o deformes.
Ayuda a mantener el peso. Salir al aire libre durante 30 minutos entre las 8 a.m. y el mediodía se ha relacionado con la pérdida de peso. Podría haber otros factores, sin embargo parece que hay una conexión entre la luz del sol en horas de la mañana y la pérdida de peso.
Fortalece el sistema inmunológico. La vitamina D es fundamental para su sistema inmunológico, con una exposición constante a la luz del sol, puede ayudar a fortalecerlo. Un sistema inmunológico sano puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades, infecciones, tipos de cáncer y la mortalidad después de cirugías.
Combate la depresión. No se trata solo de una idea; hay una razón científica por la que tomar el sol mejora su estado de ánimo. La luz del sol aumenta el nivel de serotonina del cuerpo, que es una sustancia química que mejora el estado de ánimo y lo ayuda a mantenerse calmado y concentrado. Una mayor exposición a la luz natural puede ayudar a aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional, un cambio en el estado de ánimo que suele ocurrir en los meses de otoño e invierno, cuando hay menos horas de luz del sol.
